Osos de anteojos se pasean por Baquerizo Moreno, en Píllaro

OSOS
Diversidad. En la zona se han identificado 14 osos andinos.

La única especie de oso que existe en el sur del continente es el oso de anteojos u oso andino, animal que se pasea por los bosques de la parroquia Baquerizo Moreno, ubicada en Píllaro.

La identificación de esta especie se realizó a través de cinco cámaras trampa ubicadas estratégicamente en el Área de Conservación y Uso Sustentable (Acus), espacio de 376 hectáreas que la Junta Parroquial delimitó como zona protegida.

En los dispositivos ubicados en este sector también se identificaron pumas, tigrillos, ciervos y lobos, especies que se ven pocas veces en los bosques de la provincia.

Iniciativa

Diego Soria, presidente de la Junta Parroquial de Baquerizo Moreno, dijo que el interés por conocer sobre la fauna nativa de la zona inició luego de varios ataques de osos registrados a cabezas de ganado.

El objetivo de todo este trabajo desarrollado con el apoyo del Fondo de Páramos de Tungurahua, entre otras instituciones, es la conservación de las especies naturales, así como también la concientización de la ciudadanía para que a futuro se puedan generar proyectos turísticos y de otros temas que beneficien a la población.

“El oso andino es actualmente el ícono de nuestra parroquia, por eso queremos conserva su hábitat”, explicó el Presidente de la Junta Parroquial.

Trabajo. Las cámaras fueron colocadas estratégicamente en el Área de Conservación y Uso Sustentable. (Fotografía Facebook: GAD Parroquial Rural de Baquerizo Moreno)

Trabajo

María Lorena Ortiz, ingeniera forestal y asesora de la Junta Parroquial de Baquerizo Moreno, explicó que se trabaja en concientizar a la comunidad sobre la importancia del oso y su rol en el ecosistema.

“La gente debe entender que le toca convivir con esa especie y que si se sigue realizando actividades perjudiciales habrá un contacto mayor con los osos”, mencionó.

Durante los monitoreos realizados en cuatro meses de investigación se identificaron 14 osos, entre machos, hembras y oseznos.

El siguiente paso en el proyecto es capturar a un ejemplar o varios para colocarle un collar satelital, a través del cual se podrá identificar su recorrido, zonas de alimentación, apareamiento, entre otras herramientas que permitan desarrollar un ordenamiento territorial de la especie para determinar las zonas en donde puedan vivir libremente sin conflictos con el hombre. (RMC)