Emotivos momentos de fe se viven en los cementerios de la ciudad

Luego de culminada la pandemia los camposantos volvieron a llenarse de deudos por el Día de los Difuntos.
Cementerios. Luego de culminada la pandemia los camposantos volvieron a llenarse de deudos por el Día de los Difuntos.

Ecuador recibe el feriado en conmemoración al Día de los Difuntos, fecha que se recuerda cada 2 de noviembre.

Durante este día, los ambateños visitaron los diferentes cementerios de la ciudad, que se llenaron con el color y aroma de las diferentes flores que se colocan al pie de las tumbas.

 

TOME NOTA 
En las afueras de los camposantos se pueden 
encontrar flores, tarjetas, estampitas, coronas 
y más artículos para honrar a los difuntos.

 

Visita a los camposanto 

En el cementerio de Atocha, Aída Benítez visitó a su esposo con las flores que más le gustan, si bien lo va a ver cada semana, esta vez «se sintió diferente», ya que según comentó, el cementerio se llenó de movimiento con la visita de los deudos que llegaban a ver a sus seres queridos.

Hace casi cinco años perdió a su esposo, pero asegura que visitarlo periódicamente lo hace sentir cerca y el acudir en estas fechas importantes «le harán saber que está pendiente de él».

En ese lugar, los familiares de los fallecidos escucharon una misa colectiva, mientras colocaban las flores y limpiaban las urnas, acompañados del recuerdo de quien esperan esté gozando del descanso eterno.

 

 

EL DATO
El 2 de noviembre, el Ecuador en cada una 
de las regiones recuerda a sus difuntos con 
una amalgama de tradiciones ancestrales y 
ritos que son parte de la cultura del país, 
para honrar con diversas actividades la 
memoria de sus seres queridos, quienes 
partieron del mundo terrenal.

 

 

Alexandra Sánchez, acudió al cementerio de La Merced, allí se encuentra su mejor amiga, a quien, aprovechando la fecha, fue a ver porque «la extraña».

Tras dejarle unas rosas, rezó unas plegarias y se despidió para continuar con sus labores diarias. En aquel camposanto también se ofreció una misa en recuerdo a familiares y amigos que se adelantaron.

Mientras que para Matilde Coello, de 67 años, la visita al cementerio municipal de Techo Propio se hizo pesada, pues en la pandemia perdió a sus padres y el año pasado, por una afección cardiaca, a su esposo.

 

La reunión de los familiares tuvo emotivos momentos en su visita a sus difuntos.
Difuntos. La reunión de los familiares tuvo emotivos momentos en su visita a sus difuntos.

 

Los últimos dos años han sido los más duros de mi vida, pero el poder estar este día con las personas que amo, me hace sentir que ellos me van a acompañar siempre hasta que nos podamos volver a encontrar”, comentó la mujer.

Rezos, margaritas, una medallita de la virgen de Guadalupe, que trajo de su viaje de México, un beso con la mano en la lápida de su esposo y una persignada, fue como Matilde se despidió.

 

 

TOME NOTA
Los cementerios municipales están abiertos 
todo el feriado de 08:00 a 17:00.

 

 

Unos pasillos más allá estaba Ximena Mora, quien perdió hace cinco años a su padre, aunque el dolor es cada vez menos, en estas fechas la tristeza se ‘apodera’ de ella.

“Él fue un hombre maravilloso, siempre estuvo con nosotras, sus cinco hijas, y nos enseñó a respetarnos y a amarnos ante todo”, cuenta la joven de 27 años.

 

 

A pesar de que el feriado se trasladó al viernes, los familiares de los fallecidos se dieron el tiempo para visitar a sus seres queridos.
Noviembre. A pesar de que el feriado se trasladó al viernes, los familiares de los fallecidos se dieron el tiempo para visitar a sus seres queridos.

 

Por el Día de los Difuntos la ciudadanía podrá visitar a sus seres queridos durante todo el feriado en los diferentes cementerios municipales, estos estarán abiertos desde las 08:00 hasta las 17:00, con atención ininterrumpida.

Tradición

El Día de los Difuntos es una costumbre ecuatoriana con un origen católico e indígena. En el pasado las personas acudían al cementerio con ollas de colada morada y guaguas de pan o la comida que más le gustaba, que compartían con los que ya no están más en esta tierra.

Según Enrique Tasiguano, antropólogo, el recuerdo de los fieles difuntos y el consumo de la colada morada con guaguas de pan inició cuando los caciques indígenas morían, estos eran momificados y sacados a pasear por la comunidad.

 

 

Con nostalgia los ciudadanos visitan a sus seres queridos en los cementerios municipales.
Conmemoración. Con nostalgia los ciudadanos visitan a sus seres queridos en los cementerios municipales.

 

 

Con la llegada de los espa­ñoles, ese rito se prohibió, pero la gente en su afán por man­tener sus raíces, logró camuflar esta celebración de la muerte, tomó las figuras de pan y las adaptó a sus creencias.

Es por eso la ­guagua de pan no tiene brazos ni pies. Al inicio se decoraban las guaguas de pan con el hollín del horno de leña pero con el pasar del tiempo la decoración se volvió dulce, colorida y comestible. (GS)