Boxeadora ambateña Érica García es la campeona nacional de los Juegos Nacionales de Menores 2023

La boxeadora ambateña Érica García es la campeona nacional de los Juegos Nacionales de Menores.
Talento. La boxeadora ambateña Érica García es la campeona nacional de los Juegos Nacionales de Menores.

La boxeadora ambateña de 13 años logró la medalla de oro y es la vigente campeona de los 38 kilogramos.

En una pequeña mesa café, desgastada y cubierta con un mantel rosado que tiene la figura de una princesa en el centro, está Érica, dejando la última gota de energía de su día.

Una luz tenue ilumina una pared amarilla sucia y despintada, unos cuantos cuadernos, un afiche de un torneo de box y a la Virgen de Guadalupe, donde está colgada la medalla de oro que Érica García obtuvo en los Juegos Nacionales de Menores 2023.

Son casi las 23:00 y Érica llega de su entrenamiento, a pesar del cansancio decide quedarse haciendo sus tareas escolares. En su casa solo existe una mesa pequeña donde todos se turnan para hacer deberes y también para comer.

Érica se queda hasta las 02:00 o 03:00 de la madrugada cumpliendo sus tareas y con eso al siguiente día sus hermanos pueden utilizar la mesa.

La pandemia hizo que Gabriela Vargas, madre de Érica, abandoné su antiguo hogar y hoy arriende un espacio más pequeño, donde vive con sus cinco hijos.

 

EL DATO 
Érica García apenas lleva un año practicando boxeo y ya es la campeona nacional de la categoría 38 kilogramos.

 

El camino de un sueño

Son las 19:20. Érica llega acompañada de su madre y dos de sus hermanos al entrenamiento diario en las instalaciones del ex polígono de tiro, ubicado en la avenida Bolivariana junto al estadio alterno en Ambato. Se forma en la fila que tiene alrededor de 15 boxeadores. Empieza a realizar los ejercicios de calentamiento al igual que todos.

“Érica a la balanza, tienes que ir a pesarte primero antes que inicie el entrenamiento”, le dice su entrenador Henry Yanzapanta.

Érica tiene 13 años, mide 1,44 y pesa 40 kilogramos, dos kilogramos más arriba de su peso ideal.

Érica apenas y conversa con sus compañeros, se escucha música urbana de fondo, ella está en su mundo, termina el calentamiento, coge su bolso, saca sus vendas verdes con filos negros y empieza a vendarse sus manos una por una, se coloca el bucal con ayuda de su madre. A lado de ellas hace lo mismo su hermana menor Melanie García, quien es su sparring (compañera de entrenamiento) y también boxeadora.

Los movimientos, los gritos y la adrenalina se apoderan del gimnasio. El profesor Yanzapanta ha hecho un circuito exigente que combina golpes al saco, a las peras, trabajos de sombra y salto de soga.

“Vamos, muévete, muévete, esto es con rapidez, hay que estar despiertos. Perfecto, cambia, cambia y vuelve a iniciar con actitud, con ganas”, grita Yanzapanta.

 

Mi profesor me decía que, si tenía hambre, le coma al contrincante, que salga al frente y demuestre de qué estaba hecha”,

Érica García,

Boxeadora ambateña.

 

Los boxeadores ingresan al ring, el gimnasio no tiene un cuadrilátero como el de las competencias, es solo un rectángulo delimitado por sogas.

Al fondo de este ring artesanal, en la pared, hay tres dibujos: el uno con el logo del Team Yanzapanta, el otro es un guante de box con la leyenda “formando campeones” y por último el de Mickey (entrenador de Rocky Balboa en la película) que dice “De pie hijo de perra, que Mickey te ama”.

Érica ingresa al cuadrilátero y comienza a ‘danzar’, es muy ágil y rápida. En la otra esquina está su hermana Melanie, tiene 11 años, y conoce de memoria la capacidad que tiene su ‘ñaña’ dentro del ring, es por eso que con un par de jabs empieza a dominar la pelea.

Tras unas recomendaciones de su entrenador Érica cambia de guardia e inicia un nuevo round con perfil izquierdo, a pesar de que su mano hábil es la derecha.

Esta capacidad de cambiar de guardia le permitió a Érica conquistar la presea dorada en los Juegos Nacionales de Menores que se realizó en Guayaquil en septiembre del 2023.

Érica García come y hace sus deberes en la misma mesa donde puede observar todos los días su medalla de oro.
Lugar. Érica García come y hace sus deberes en la misma mesa donde puede observar todos los días su medalla de oro.

 

El sacrificio del peso

Alcanzar el peso ideal es algo con que la mayoría de boxeadores o luchadores de deportes con contacto deben lidiar, Érica no fue la excepción y pasó dos meses con muchas complicaciones para lograr el peso ideal e ingresar a su categoría para representar a la provincia.

“Ella come algo y sube de peso, bajar es muy difícil. Ahora que fue seleccionada para Tungurahua sufrió muchísimo, mejor dicho, sufrimos todos en la casa. La dieta era ensalada con pollo al vapor y eso empezamos a comer todos los días”, afirma su mamá.

La boxeadora es una amante silenciosa del arroz, aunque no lo dice, cuando lo cuenta su sonrisa la delata. Es por eso que no pudo con este régimen alimenticio y a falta de tres días para los Juegos Nacionales renunció a participar en el campeonato. Érica estaba harta de toda la exigencia y que su cuerpo no llegue al peso ideal.

“Lo más importante es el peso, no hay que comer cosas que no te dice tu entrenador y yo he sufrido mucho. Recuerdo que tenía muchos nervios cada vez que iba a la balanza y veía que no bajaba, en ese momento el profe Henry me dijo que no podía bajar y si no lo hacía no iba a participar, siempre nos decía que seamos disciplinadas”, recuerda Érica entre lágrimas.

Superado el tema del peso para viajar a Guayaquil, había que solucionar la utilización de los implementos deportivos. Érica, al igual que la mayoría de chicos que entrenan este deporte, no tiene los recursos para comprar sus propios guantes de box o las botas. Por suerte para la campeona nacional, los guantes se los presta el Team Yanzapanta y las botas se las dio la Federación Deportiva de Tungurahua.

“La mejor sensación que tuve fue ganar, abrazarla a mi madre, a mi entrenador y tener esa medalla tan grande en mis manos”.

Érica García,

Boxeadora ambateña.

 

Un reto

Ya en la concentración de la delegación tungurahuense, Érica demostró porque había sido seleccionada y en su primer combate arrasó en el cuadrilátero con su rival de Pichincha. Fue tal la emoción de la boxeadora ambateña que al finalizar el combate fue a festejar comiéndose un almuerzo completo. Esto hizo que su cuerpo inmediatamente reaccionara y subiera dos kilos.

La angustia, nerviosismo y desesperación se apoderaron de Érica, quien no podía creer cuando el profesor Yanzapanta le volvió a pesar a dos días de su siguiente combate y tenía dos kilos arriba de su peso. Ahí la experiencia del entrenador fue clave, porque inmediatamente ideó un plan para hacerla bajar de peso en menos de 48 horas y pueda subirse al ring.

“Siempre les digo a las chicas o los chicos que van a participar que hay que ser disciplinados y no lo hago de malo, sino que ese tipo de cosas puede pasar. Por suerte Érica estaba comprometida, le motivé a bajar de peso, trotamos, hicimos ejercicios especiales con un plástico en el cuerpo y sufrió mucho como para quedarse fuera. Su cuerpo respondió y volvió a su peso para demostrar que era la mejor del Ecuador, libra por libra”, cuenta entre risas el profesor Henry Yanzapanta.

La noche anterior a la pelea final Érica lloraba sola en su cuarto por los dolores en el estómago debido a que estaba comiendo lo mínimo para mantenerse en los 38 kilogramos.

 

CIFRA
13 AÑOS Tiene la boxeadora ambateña

 

El día de gloria había llegado, la boxeadora ambateña hizo muchos sacrificios, batalló con su cuerpo y venció a cuatro rivales para llegar a la final ante la representante de Azuay.

“Mi profesor me decía que, si tenía hambre, le coma al contrincante, que salga al frente y demuestre de qué estaba hecha. La mejor sensación que tuve fue ganar, abrazarla a mi madre, a mi entrenador y tener esa medalla tan grande en mis manos. No me voy a olvidar nunca de estos Juegos”, afirmó Érica.

Al finalizar el entrenamiento Érica regresa con su mamá y sus hermanos caminando a su casa ubicada en el sector de Miñarica 2, a pesar de la inseguridad que existe en el país, los recursos escasean en la familia y deciden caminar para entre los cuatro hacerse compañía y ahorrar.

“Mi sueño es seguir en este deporte, porque es muy bonito, quiero ser boxeadora profesional y seguir los pasos de mi hermano que ya es profesional, porque todos nos apoyamos en la familia”, afirma Érica.

Llegan a casa, comen algo, sus hermanos van a la cama y Érica se sienta en la única mesa que hay para darle un ‘gancho’ a la pobreza. (JR)