Bibliotecas, catedrales del conocimiento

CULTURA 1
MUESTRA. Real Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (Madrid), una obra maestra de la arquitectura renacentista. EFE/Sergio Pérez

Para los amantes de los libros hay multitud de lugares de peregrinación por todo el mundo. Bibliotecas, palacios, universidades, antiguos teatros o iglesias albergan tesoros y merecen la pena visitar porque estos templos de la lectura poseen «un algo más”, imponentes espacios que invitan a leer.

Templos arquitectónicos donde se ha preservado este patrimonio material: libros, legajos, cartas y mapas protegido de todo tipo de destrucciones.

DATO 
Las bibliotecas conectan a las personas con la tecnología, crean comunidad, 
promueven la alfabetización, fomentan la imaginación dando pie a la innovación y la creación.

Historia

El filósofo alemán, Gottfried Wilhelm Leibniz (1646 – 1716), matemático, teólogo, político, jurista, y bibliotecario, fue uno de los grandes pensadores racionalistas de su tiempo, junto a Descartes y Spinoza, al que se reconoce como el «último genio universal», es decir que pudo formarse suficientemente en todos los campos del conocimiento, antes de las especializaciones…Como matemático desarrolló el cálculo infinitesimal, cuya medición es la que se emplea desde entonces, e inventó el sistema binario, fundamento de los ordenadores actuales.

Como bibliotecario fue precursor de los actuales sistemas de medición numérica para organizar la biblioteca que definiría Dewey en su sistema de medición decimal cuya primera edición fue en 1876 y su papel como centros del saber desde la edad antigua, hasta el Barroco.

Siendo como fue Leibniz, bibliotecario del barón de Boineburg debió de realizar en esta biblioteca un catálogo de materias clasificado por palabras-clave que ha desaparecido.

“La finalidad de la biblioteca sería la de proporcionar una enciclopedia, o ciencia universal en la que se puede tener todo cuanto sea de uso y encontrar instrucciones sobre todas las materias útiles imaginables….”

Bibliotecas para no olvidar

El incendio de la Biblioteca de Alejandría, en el siglo I a.C., atravesaron los siglos como una onda de choque y de la desaparecida Biblioteca Alexandrina se levanta la versión siglo XXI. Más de 5.000 placas de piedra granítica muestran caracteres de todos los alfabetos en su fachada inaugurada en 2002, milenio y medio después de su antecesora, cerca de donde estuvo la original, en el malecón como una metáfora de recuperar su “espíritu de apertura y erudición”.

Biblioteca del Congreso (Washington)

Considerada el Sancta Sanctorum de los bibliotecarios, esta biblioteca ha marcado las pautas de clasificación de los libros, unas normas que se han hecho internacionales al convertirse en guía de todas las grandes bibliotecas públicas.

La Biblioteca del Congreso es la más grande del mundo, con tres edificios: el Thomas Jefferson, el John Adams y el James Madison, con 1.348 kilómetros de estanterías y más de 167 millones de artículos, entre ellos, 5.5 millones de mapas y 72 millones de manuscritos. Posee una de las pocas copias que se conservan de la biblia de Gutenberg y la Declaración de Independencia de Estados Unidos.

Biblioteca de Peabody, Baltimore, figura en las listas de bibliotecas más bellas del mundo, con sus seis amplios pisos en mármol blanco y su espectacular atrio de entrada, de estilo neoclásico, helénico. Levantada en el siglo XIX en esta ciudad del estado de Maryland, actualmente forma parte de la Universidad Johns Hopkins. Unos 300.000 volúmenes forman un tesoro de libros antiguos.

En Brasil

El Real Gabinete Portugués de Lectura, Río de Janeiro, restaurado y abierto de nuevo, luce en todo el esplendor de su arquitectura neo-manuelina y sus interiores de madera profusamente tallada. Nació como biblioteca privada, de la mano de inmigrantes portugueses, y su edificio terminado en 1887 y se inspiró en el Monasterio de los Jerónimos de Lisboa.

Biblioteca Bodleiana

De la Universidad de Oxford debe su nombre al diplomático y profesor inglés Thomas Bodley, quien la fundó a principios del siglo XVII. Una de las más antiguas de Europa. Por allí anduvo J. R. R. Tolkien como alumno y después como docente. Ha necesitado dos ampliaciones por la riqueza de sus fondos. Algunos se encuentran bajo tierra y otros en la llamada Torre de los Cinco Órdenes, por estar decorada con columnas de los cinco estilos.

Biblioteca del Trinity College (Dublín, Irlanda)

The Old Library, la vieja biblioteca del Trinity College reúne más de 4,5 millones de ejemplares, entre ellos el libro de Kells, un manuscrito del siglo IX que recoge los cuatro evangelios con ornamentada caligrafía, y en latín. Desde el siglo XVIII, se expone en una vitrina el arpa más antigua que se conserva en Irlanda, con cuerdas de bronce.

La Biblioteca Nacional de Viena

Austria rompe moldes, con sus paredes atestadas y techos bajos, muy acogedora con el suelo de tablones inaugurada en 1723 como biblioteca imperial y hoy es la mayor y la más espectacular de Austria. Esculturas, columnas y cúpulas cubiertas de frescos. Posee diversos tesoros que solo expone en las ocasiones especiales, como el manuscrito original del Réquiem de Mozart de 1791; la biblia de Gutemberg de 1.286 páginas de 1454 o el evangeliario de Juan de Troppau. La Sala de Gala, una joya barroca del XVIII, alberga más de 200.000 tomos y cuatro globos terráqueos venecianos de más de un metro de diámetro.

En Europa destaca la Biblioteca Pública de Stuttgart (Alemania)

De nueve plantas más dos subterráneas, fachada de hormigón, paneles que por la noche se iluminan de diferentes colores y lo asemejan a un enorme cubo de Rubik, e interiores de blanco riguroso. Una oferta de talleres y actividades que han convertido a esta biblioteca en epicentro cultural de Stuttgart.

La Biblioteca Apostólica Vaticana de Roma

Fundada en 1450, es una de las más importantes del mundo, tanto por los fondos, libros y documentos que guarda, como por la belleza de sus salas. Atesora, entre otros, el “Codex Vaticanus” y “The Divine Comedy”, con miniaturas de Giugliemo Giraldi (1480).

La Biblioteca Nacional Marciana de Venecia

Es una de las más antiguas de Italia, llamada también Sansoviana en honor a Jacopo Sansovino, su arquitecto. Multitud de globos terráqueos antiguos, manuscritos del siglo XV, ‘tintorettos’ y ‘veroneses’ en las paredes de un palacio renacentista que cumple el sueño del poeta Petrarca, que en 1362 donó sus libros a la República para la futura biblioteca pública abierta a estudiosos.