Ambato ya tenía su cultura antes de la llegada de los españoles

Algunos artefactos que pertenecieron a los primeros pobladores de la provincia.
Arqueología. Algunos artefactos que pertenecieron a los primeros pobladores de la provincia.

Antes de que los españoles lleguen a Ambato ya existían habitantes que poseían sus propias costumbres, cultura y ocupaban territorios dentro de la ciudad y la provincia.

Pedro Reino, cronista vitalicio de la ciudad, cuenta que se debe remitir a los primeros testimonios de quienes llegaron a esta tierra, que a su vez fueron bien recibidos y hasta les curaron sus heridas.

“A la llegada de Pedro de Alvarado se queda tres meses en Quisapincha por su salud quebrantada, pues llegaba desde Guatemala con su esposa e hija, y las indígenas de aquí son quienes les curan. Ellos actuaron de esa forma porque de alguna manera estaban en contra del sistema del incario, no hay otra explicación para que hayan hecho alianza con los españoles”, aseguró Reino.

Por los caminos a la Sierra

Según Reino, De Alvarado llegó a Bahía de Caráquez y desde ahí inició su viaje hacia la Sierra a través de los caminos aborígenes, lo que los llevó hasta Pasa y luego a Quisapincha.

“No se trata de que abrieron caminos como nos relataban los profesores de historia, eso es un mito, pero sí encontraron los caminos indígenas”, comentó.

Los grupos étnicos estaban estructurados en base a la lengua quitu-panzalea que se hablaba desde lo que hoy es Mocha hasta Guayallabamba en la zona limítrofe con los caranquis, con ciertos espacios de territorio de lenguas diferentes.

“Hay que tomar en cuenta que este nombre es exógeno y fue puesto por el cronista Cieza de León, que a su vez fue tomado por intuición, es así que panzaleo viene de una planta que se llama panza y leo que es la noción de pueblo o región”, aseguró.

Todo lo que Reino afirma es fruto de las investigaciones que ha realizado a través de la etnolingüística. “Hay que consultar el diccionario toponímico ecuatoriano y ver que los nombres de las quebradas, ríos y demás son los mismos entre el sur de Pichincha, Cotopaxi y prácticamente toda Tungurahua, entonces aquí había una lengua y una cultura”, enfatizó

Pensar en las comunidades

Reino aclara que varias de las denominaciones son exógenas y que se utilizaban palabras incluso estigmatizantes que los mismos incas aplicaban a los pueblos como un calificativo. “Como por ejemplo el cerro de Pilisurco quiere decir cerro de piojos, porque los incas les dieron este calificativo a los panzaleos por su tamaño y cantidad”, comentó.

Parte de este estudio sobre las lenguas ancestrales y denominaciones vernáculas se encuentra en el libro ‘Sustratos Etnolingüísticos del Ecuador Andino’, donde se explica varios significados y las lenguas originarias.

“Esta primera parte que es la zona más escabrosa de la historia, está anulada por la conquista española porque Antonio de Clavijo era un reductor de indios y para tenerlos a su servicio mueve a las comunidades”, aseveró

Reino invita a pensar primero en lo que se destruyó con la entrada de Antonio de Clavijo. “Porque recordemos que cuando pide el pago al rey no quiere ni tierras ni encomiendas, sino indios. Él organizó y reestructuró a los pueblos a su gusto y paciencia, lo hace metiendo indígenas de diferentes comunidades y lenguas en un mismo espacio para que no se entiendan, los mezcla”, manifestó.

Los pueblos

Los primeros momentos de la conquista está dada por esta mezcla entre indígenas de varias comunidades que resulta ser una segunda etapa debido a que los incas ya hicieron algo similar cuando llegaron a estas tierras.

“La historia no es tan fácil como la gente cree y quiere pensar de que los indígenas de esa época eran estáticos, porque tenían sus nexos, además, hay que pensar mucho en la lengua, la gente busca cerámica, pero olvida que la lengua es el enlace”, aseguró.

En este sentido, Reino recalcó que se debe tomar en cuenta que todos los pobladores de lo que hoy es Ambato y Tungurahua también estaban en constante contacto con cacicazgos de Angamarca y el corazón que tenían estrechas relaciones con los cacicazgos de Izamba.

Otro de los puntos importantes es saber que los indígenas de Quisapincha tenían control en los primeros momentos de la colonia sobre las faldas de Tungurahua, donde se tenían siembras de coca y serían los incas quienes trajeron este cultivo y lo implantaron en el sector de Juive.

“Quisapincha es algo enigmático y fuerte, es un epicentro dinástico de cacicazgos que manejaban no solo mucho poder político sino económico, porque las tumbas que se han descubierto en las zonas de Illagua están llenas de spondylus”, aseguró.

El pueblo Quisapincha tenía territorio en el centro de Ambato, según lo registra el libro rojo de Ambato, pero el eje dinástico se encontraba en la parte alta.

Lugares importantes

Reino aseguró que lo que hoy es Tungurahua y los poblados de Pasa y Quisapincha eran importantes en este camino que siguieron los españoles y en donde lo que hoy es Santa Rosa se constituía en un lugar de tránsito.

Antes de la conquista Izamba también se constituía en un asentamiento importante de indígenas. Se extendía hasta la zona de Quillán la playa en donde aún existen vestigios de construcciones que servían de adoratorios.

“Es importante anotar que los adoratorios no eran solo al sol, aquí básicamente eran adoratorios a las montañas, porque los de la cultura quitu-panzaleo adoraban a sus volcanes que eran los dioses más terribles: Tungurahua, Cotopaxi, Chimborazo, Altar, Carihuairazo”, aseguró.

Otro punto importante es la loma de Santa Elena que hasta el momento se constituye en un lugar sagrado ceremonial.

Además, Reino mencionó que el mismo Jijón y Caamaño dijo que ojalá nadie toque la Loma de Santa Elena en Ambato porque es un cementerio sagrado de los indígenas.

“Con González Suárez escribieron varios datos sobre la Loma de Santa Elena, esto ya se advirtió a los inicios de 1900, algo similar ha pasado con Quillán”, aseguró Reino.

Para el historiador, la provincia tiene una gran falencia en estudios arqueológicos y sobre todo en espacios dedicados a este tipo de artefactos, aspecto que ha sido palpado por él mismo cuando ocupó varios cargos relacionados con la historia y cultural de la provincia.

“El archivo de Ambato de igual forma está abandonado y tiene archivos desde 1604”, comentó Reino.

Pedro de Alvarado fue uno de los primeros españoles en pisar suelo ecuatoriano.
La denominación actual y la división política es fruto de la conquista.