Mujer kichwa elabora velas de sebo

Fábrica. En un rincón de su casa, doña Rosa se dedica a la elaboración de estas velas artesanales.
Fábrica. En un rincón de su casa, doña Rosa se dedica a la elaboración de estas velas artesanales.

Redacción OTAVALO

Rosa Cahuasquí tiene 83 años, es oriunda de la comunidad de Calpaqui, parroquia Eugenio Espejo (Imbabura). Desde hace más de 60 años se ha dedicado a elaborar velas de sebo. Esta es una actividad que la heredó de sus antepasados y ha mantenido esta tradición hasta la actualidad. La comercialización lo realiza en los mercados de la ciudad, aunque son pocos los clientes que adquieren este producto.

Doña Rosa comenta que este oficio lo aprendió de sus padres, quienes le enseñaron como una forma de ganarse la vida. Explica que esta actividad antes era muy común en varias comunidades, donde las familias kichwas se reunían para trabajar fabricando este producto, que era vendido en mercados de los cantones de la provincia. En la actualidad son pocos los que se dedican a esta labor.

Para la elaboración de las velas de sebo se utiliza la manteca de ganado vacuno, materia prima que se lo consigue en los sitios donde se faena las reses e hilo de algodón. “Antes la venta se hacía en canastas llenas, pero últimamente la gente ha dejado de comprar este producto por las nuevas velas de cera, que se comercializan utilizando diferentes materiales con nuevos diseños y hasta con esencias aromáticas”, afirma doña Rosa.

EL DATO
Se comenta que estas velas las utilizaban los antepasados para el dolor de espalda. A pesar de sus años ella sigue trabajando en esta actividad, sus familiares le ayudan con la compra de materiales y también con la venta del producto terminado en tiendas y mercados de la ciudad. Las velas se comercializan por docenas a un costo de dos dólares.

Su vivienda está ubicada en la comunidad de Calpaqui Bajo, donde se acomoda para iniciar con su actividad desde las primeras horas de la mañana. Recoge la leña y prende el fuego para calentar la paila, donde se derretirá el sebo y empezará con su rutina diaria.

Preparación
La elaboración se la hace en una paila grande de bronce, que se coloca en una cocina de leña, para proceder a calentar el sebo hasta que se derrita y sea fácil trabajarlo. Luego se mete las mechas de algodón, permitiendo que absorban el cebo tanto como sea posible, para luego sacarlo para que se enfríe. Una vez que la capa de sebo está fría y sólida, repite el proceso de sumergir y enfriar hasta que la vela tenga el grosor deseado.

Su origen
El sebo, grasa de ovejas o vacas, se convirtió en el material estándar utilizado en las velas en Europa. El desagradable olor se debe a la glicerina que contienen. El hedor del proceso de fabricación no era el deseado y fue prohibido por ordenanza en varias ciudades europeas.

Se descubrió que la cera de abejas era una sustancia excelente para la producción de estos artículos, pero su uso era solo para gente adinerada, iglesias y en eventos reales, debido a su alto costo.