Redacción, QUITO
La pérdida del hábitat, la tala indiscriminada de bosques, la caza, especies introducidas y la captura ilegal de monos para mascotas, ha acabado rápidamente con las poblaciones de monos de la Costa ecuatoriana.
Así lo señalan especialistas del Grupo de Estudio de Primates del Ecuador (GEPE), del Ministerio del Ambiente (MAE), de instituciones y universidades nacionales y de Primate Action Funds, que estudiaron la situación de cuatro especies que habitan en la Costa, en el documento ‘Trabajando juntos hacia un objetivo: resultados del primer censo de primates en el occidente de Ecuador’, publicado en la revista científica Primate Conservation.
El estudio se centró en los monos: capuchino de frente blanco ecuatoriano (Cebus aequatorialis), capuchino de cara blanca (Cebus capucinus), araña de cabeza marrón (Ateles fusciceps fusciceps) y aullador de mantos ecuatoriano (Alouatta palliata aequatorialis), que se encuentran en peligro y en peligro crítico de extinción. El mono capuchino está dentro de las 25 especies de primates más amenazados a nivel mundial.
Amenaza
En Ecuador, señala el informe, las tasas de deforestación han sido extremadamente severas. Entre 2000 y 2010 sufrió la mayor tasa de deforestación en América del Sur, especialmente en la región costera, donde permanece menos del 10% de su cubierta forestal original y de forma fragmentada, lo que no ayuda en la supervivencia de los primates que dependen de la conectividad de su hábitat para la locomoción, la alimentación y la dispersión.
La extinción de los monos causaría un gran desequilibrio en los ecosistemas, debido a que son grandes dispersores de semillas y por tanto son indispensables para el mantenimiento del bosque tropical.
Sara Álvarez, Ph. D en comportamiento animal, docente e investigadora de la Universidad Regional Amazónica Ikiam que participó en el censo de primates dijo que “los monos son animales fascinantes, con un desarrollo del cerebro complejo y avanzado; sus largos ciclos de vida y sus períodos inter-nacimientos bastante largos hacen difícil su viabilidad en zonas alteradas, lo que provoca que las poblaciones no se puedan recuperar rápidamente, aumentando el riesgo de extinción de las especies”,
Censo nacional
El primer censo de primates se realizó entre 2016 y 2017 y contó con el aporte de la comunidad local que proporcionó información de las distintas especies.
Estos resultados constituirán una herramienta importante para la toma de decisiones por parte del Gobierno central, a través de instituciones públicas, privadas o universidades para la conservación de estos mamíferos.
El siguiente paso es el censo nacional del Ecuador, que estará liderado por Stella de la Torre de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), contará con el apoyo del GEPE y se invitará a otras instituciones. (CM)