Una «chaqueta-sorpresa» sin dorso, con un desnudo simulado con una pieza de seda color carne trufada de tatuajes, fue el golpe de escena con el que el disedor Giorgio Armani cerrhoy el desfile en Mil de su colecci de moda femenina para la temporada primavera-verano 2002.
En el nuevo teatro Armani de la capital lombarda, el famoso modisto presentun conjunto de propuestas llenas de fuerza y expresividad con chaquetas cortas y cuadradas sobre pantalones sueltos pero calibrados a juego en tonos blanco y azul o negro y gris.
Sobre la pasarela se vieron m chaquetas cortas con las espaldas bien marcadas y amplios reversos redondeados, y pantalones con abundante caa en sus flancos.
La nota transgresora e incluso exctrica la pusieron los accesorios, con sandalias ‘lacadas’ de inspiraci japonesa o bolsos eclticos de tela y azabache con motivos orientales, «porque se debe reconocer -argumenta Armani- que est en Oriente las fuentes de inspiraci m interesantes».
Asimetr en los pantalones y tambi en muchos de los vestidos, con la cola de lado, para tener delicadamente en la mano o envolverse en ella como si se tratara de un pareo.
