Ante el traslado hacia otro lugar por parte de la familia, se deben también acostumbrar a las mascotas.
Ir a otro lado, el cambio de espacio, las alteraciones en las rutinas diarias, el ingreso de un nuevo miembro (animal o humano) o el tener que vivir con otra familia, son algunas de las razones para que muchos canes y ‘mininos’ sufran de estrés y de ansiedad.
Desplazarse a otra casa es perturbador debido al esfuerzo físico para mover y cargar muebles. Pero también está el lado afectivo, ese de abandonar un lugar del cual se guardan buenos recuerdos. En todo este movimiento, las mascotas deben ser atendidas y no ser tratadas como un objeto más que se va a llevar al nuevo lugar, porque ellas también sienten las variaciones.
La veterinaria etóloga Vanesa Lucio, especializada en comportamiento animal, manifiesta que lo que menos estresa a un animal doméstico es el cambio de casa y por lo tanto de su espacio; pero sí afecta el ingreso de un nuevo integrante a la familia como otra mascota, un bebé u otra persona.
Sin embargo, el trastorno de comportamiento será más fuerte si sumado a los casos anteriores se encuentra con que su zona es más reducida, que no le permite desenvolverse adecuadamente, afirma la especialista.
Una adecuada atención ayuda
Lucio recomienda en estos casos habituar al animal poco a poco al nuevo ambiente, dándole premios, caricias, jugando con ellos en su nuevo espacio para que se vayan familiarizado. Asimismo, hay que proporcionarles paseos y darles un adecuado entrenamiento para lograr cambiar la energía negativa a una positiva que les permita adaptarse con facilidad.
En estos casos, también es posible recurrir al uso de hormonas con base en cafeína, extraídas de las glándulas mamarias de las perras, que son como aromatizantes ambientales que proporcionan un efecto tranquilizante a través del olfato.
La experta recuerda que la razón frecuente de estrés en un animal es la falta de los requerimientos básicos como alimentación, abrigo, recreación, protección, alteración de su espacio y en caso extremo encierro o mantenerlo encadenado.
Agresividad
Si bien, los cambios en la rutina diaria generan estrés, esta situación no le lleva a tener problemas de salud de preocupación, pero sí trastornos de comportamiento, expresa la veterinaria.
Si no se les presta atención, las mascotas tienden a hacer sus necesidades por toda la casa en lugar del espacio asignado, destruir muebles o juguete y más, todo con el fin de llamar la atención. Y si es que hubiese demasiado trauma ocasionado por un encierro, puede lastimarse las patas o la mandíbula en su intento de derribar la puerta que se interpone. Para evitar esto, se recomienda jugar con el animal, proporcionarle caricias y cariño, sacarlo a caminar para hacer ejercicio y darle premios por su buen comportamiento. (CM)
Los felinos
Los gatos son más estresados que los perros y para ayudarlos puedes colocarle juguetes en los espacios altos por donde suele dormir y caminar, comenta la veterinaria Vanesa Lucio.
Los ‘mininos’ se sienten más seguros en lugares altos y calientes como encima de las vitrinas, muebles, refrigeradores, entre otros. Teniendo esos espacios y sus juguetes cerca se acoplan de inmediato a la nueva vivienda, dice.
Pero si aún así no se consigue tranquilizarlos, igual que a los canes, se les ayuda a relajarse con hormonas en presentación ambiental o con el uso de una planta aromatizante, de acuerdo con las indicaciones de la especialista.
Consejos
Ayuda a tu mascota
Transmítele tranquilidad en todo momento.
No laves sus cosas antes del cambio
En la nueva vivienda recrea su antiguo
ambiente.
Si está en un sitio desconocido, no lo dejes solo.
Si viajas con tu mascota, proporciónale comodidad.