Después de ocho años analiza su paso por el Municipio, el rol de la mujer en la política y la posibilidad de regresar a la papeleta electoral.
Cuando Verónica Zurita habla de política proyecta varias emociones, sobre todo, los sinsabores y las satisfacciones que marcan la función pública. Recuerda con nostalgia el honor y la dicha de haber sido la primera alcaldesa de Santo Domingo.
“Conseguir espacios de participación activa es la consecuencia de infinitas luchas por miles de mujeres que, a través de la historia, reclaman igualdad de género como un derecho fundamental”, indicó.
Como madre de dos hijos observa que las ecuatorianas ocupan hoy porcentajes significativos en cargos de poder y toma de decisión; no obstante, remarcó que los partidos políticos las utilizan como relleno. “En una ocasión fui la tercera opción en una lista, y aun así conseguí la concejalía con la mejor votación”, dijo orgullosa.
Propone que, por esa visión simplista, las mujeres deberían capacitarse en administración pública, planificación urbana y desarrollo social. “Al desempeñar un puesto público debe existir cero improvisaciones. La falta de conocimiento implica pérdida de tiempo y recursos”, mencionó.
Sin embargo, los problemas y estigmas no se eliminan por cumplir de manera correcta un cargo. “Sumergirse en la política es eliminar la vida privada y tener templanza para soportar los ataques más burdos de los adversarios. Aguantar discriminación laboral por pertenecer a tal o cual partido, es revelar los estigmas que obtienes por participar en política. En mi caso me impidió conseguir trabajo en el sector privado”.
Feminismo
Las barreras estructurales y mentales (prejuicios) que afrontan las mujeres siguen limitando las opciones de asumir espacios de decisión. “A veces el peor enemigo es otra mujer”. Cuenta que, la mayoría de sus votantes fueron hombres de 30 a 40 años, a pesar del machismo que impera en el país se muestra un comportamiento diferente.
“No estoy a favor o en contra del feminismo. Considero que, los derechos son para todos los hombres y mujeres en el marco del diálogo y el respeto, solo así podemos construir una sociedad más justa y participativa”.
Ocho años
Analiza su gestión después de ocho años. Con una sonrisa franca explicó que cumplió con el 100%. “La obra de alcantarillado y agua potable realizada en mi mandato refleja nuestro compromiso. El paquete vial, la recolección de basura, el ornamento de la ciudad y más de 300 obras en zonas rurales hablan de mi trabajo”.
No descarta participar en los próximos comicios en la dignidad que la ciudadanía le delegue o requiera. “Estamos conversando con algunas estructuras políticas”, comentó. Aunque se siente muy tranquila en el papel de mamá y emprendedora, la idea de regresar le motiva. Además, dijo: “me encanta debatir, escuchar, crear acuerdos, la política es mi vida”.
“Ahora me siento más madura. Sé que podría dialogar libremente con mis adversarios y detractores, crear acercamientos y consensos que permitan una participación democrática, escuchando críticas y recibiendo otros puntos de vista”, puntualizó.
Madre
Para Zurita, la mujer desarrolla un rol más humano dentro de la política, que va ligado al servicio y al acompañamiento, “por el mismo hecho de ser madres nos acercamos con facilidad a los niños y a los más vulnerables”.
“Durante mi periodo, creamos la Casa de la Mujer que prestaba servicios médicos, legales, psicológicos y de trabajo social a víctimas de violencia intrafamiliar. Entregamos viviendas de hormigón a 36 jefas de familia, y 40 más a personas de escasos recursos”.
Mencionó que lo más preciado de caminar por Santo Domingo es recibir el afecto de la gente que se benefició con los planes y proyectos ejecutados. (CM)
El Dato
Desde joven sintió pasión por la política. Fue concejal del cantón. Gerenció la empresa pública Terminal Terrestre. En 2009, consiguió la Alcaldía.
Perseverancia
Ingeniería Agropecuaria de profesión. Trabaja en cultivos y ganadería. Ahora tiene un restaurante ‘El Vaquero’, se especializa en cortes de carne y parrilladas. Es mamá a tiempo completo.