Autoridades y dirigentes de la parroquia Alluriquín se declararon en sesión permanente.
No hay tiempo establecido para una intervención definitiva en el kilómetro 83 de la vía Alóag – Santo Domingo, y por ende continuarán las interrupciones por la caída de material pétreo.
En los últimos 22 días, la circulación vehicular no se ha desarrollado con normalidad, en el sitio se registran continuos derrumbes y esto obliga el cierre de la carretera para evitar más pérdidas humanas.
La situación es crítica para las familias que habitan en Alluriquín y Tandapi. Los más afectados son aquellas personas que se dedican al comercio de alfeñiques y a la producción lechera, quienes reportan fuertes perjuicios económicos.
Se ha señalado que cada día se pierde un promedio de 40.000 dólares por el cierre de esta red estatal y, de manera global, ya se registra un perjuicio que supera los 800.000 dólares.
Diálogo con autoridades
Cerca de tres horas duró la reunión entre habitantes de Alluriquín, transportistas y autoridades de Santo Domingo de los Tsáchilas para tratar el problema de esta red estatal.
Durante el encuentro, las personas se mostraron indignadas porque creen que no se están ejecutando acciones para contrarrestar el problema, pero los funcionarios aseguraron que sí se hacen gestiones.
Edison Gutiérrez señaló que se han realizado varias solicitudes al Gobierno Provincial para conocer el plan de contingencia y mitigación aplicado en la zona de riesgo.
Hay algunas personas que ya no tienen paciencia, están dispuestas a tomar medidas de resistencia para pedir que la administración de esta vía regrese al Gobierno Nacional.
Fernando Ortiz, dirigente de la transportación pesada, manifestó que la cadena logística del país está en riesgo porque los productos no pueden llegar a tiempo a sus destinos. Además, cuestionó el mal estado de las rutas alternas.
“Desde el año 2016 hay un informe del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos donde se aclara que la roca está fracturada y no se ha hecho absolutamente nada. Nosotros no podemos quedar como mentirosos”, expresó.
Daniel Cornejo, presidente de la parroquia Tandapi, participó en el diálogo puntualizando que este inconveniente también hace eco en su localidad.
“Estamos con la misma realidad y pérdidas. Apoyaremos a todas las iniciativas que tome la comunidad de Alluriquín para que se dé pronta solución a esta problemática”, expresó.
Estudio y trabajos de mitigación
La prefecta Johana Núñez dijo que espera que en un plazo promedio de tres semanas concluya el estudio geotécnico para determinar el tipo de trabajo necesario en la montaña con el fin de prevenir futuros desprendimientos.
Aseguró que no quiere más pérdidas humanas, pero tampoco cerrará la vía de manera definitiva para no complicar más la economía de las familias que habitan en ese sector. Sin embargo, el paso será controlado por un carril, y únicamente será interrumpido si se presentan lluvias.
“Estamos trabajando para buscar una buena solución. Hasta eso, iniciaremos con la limpieza de la montaña con personas que saben del tema. Desde el 2020, se hacen cunetas de coronación en la parte alta porque hay una inestabilidad de suelo”, indicó la funcionaria. (JD)
EL DATO Todavía desconocen la inversión que se requiere para los trabajos definitivos.