Es fundamental recurrir a fuentes oficiales, confiables y respetables, que brinde información contrastada.
El desbordamiento de publicaciones en redes sociales y aplicaciones de mensajería, muchas de ellas falsas, tras los acontecimientos de violencia ocurridos el martes 9 de enero en el país, fue lo que generó un pánico colectivo.
Los mensajes, tanto escritos como en audio, que afirmaban la ocurrencia de saqueos y la amenaza de personas que intimidaron a la ciudadanía, llevaron a los dueños de los locales comerciales de Santo Domingo a cerrar sus negocios. Esta situación se mantuvo hasta el día de ayer, miércoles 10 de enero.
Los peatones optaron por tomar taxis para dirigirse a sus hogares y evitar posibles robos, incluso se registraron accidentes de tránsito debido a la conducción a alta velocidad.
Fuentes oficiales
Andrés Jaramillo, estratega y docente de Comunicación, manifestó que emitir mensajes sin responsabilidad puede traer consecuencias “y, en la era digital todos somos responsables de lo que difundimos”.
Destacó la importancia de proporcionar a la ciudadanía herramientas para distinguir entre una fake news (noticia falsa) y una información veraz.
Por ejemplo, es crucial verificar que el mensaje que se va a difundir cuente con una firma de responsabilidad y que esté actualizado. Además, se debe leer la nota en su totalidad y no limitarse solo a los títulos.
Es fundamental recurrir a fuentes oficiales, confiables y respetables, ya sean medios de comunicación o periodistas que realizan el ejercicio de verificar, contrastar y contextualizar la información. Aconseja evitar depender únicamente de redes sociales o plataformas digitales que no llevan a cabo este proceso riguroso.
Asimismo, subrayó que no se debe replicar información simplemente porque refuerza las creencias de quien la comparte, sin tener en cuenta si es verdadera o falsa.
EL DATO Es altamente aconsejable abstenerse de recurrir al morbo con el fin de provocar pánico.
Consecuencias
Diego Quinde, psicólogo, sostiene que los mensajes difundidos a través de redes sociales, ya sean verídicos o falsos, pueden desencadenar episodios de pánico. Esta situación puede provocar un elevado nivel de miedo en la persona que lee, escucha u oye, generando la sensación de pérdida de control.
Quinde advierte que estas experiencias pueden dejar secuelas, por lo que recomienda realizar actividades físicas como medida preventiva. En casos más graves, sugiere buscar tratamiento profesional (CT)