Oficio de la fotografía contado por sus últimos sobrevivientes

TRADICIÓN. ‘Foto Galárraga’ es el único local sobreviviente de la época de oro.
TRADICIÓN. ‘Foto Galárraga’ es el único local sobreviviente de la época de oro.

Las fotografías representan documentos visuales importantes para la historia de la sociedad.

En Santo Domingo la fotografía surge como un oficio artesanal. Desde 1960 aparecen los primeros fotógrafos que prestaban sus servicios en el parque central.

Un referente fue Salvador Rosero, quien manejaba una cámara de manga, cuya técnica implicaba buen pulso, enfoque y un corte preciso del papel filmográfico.

Las fotos tamaño carnet eran las de mayor demanda y costaban 50 centavos de sucre. En la plaza trabajaban una decena de fotógrafos. La mayoría de formación y conocimientos empíricos.  

Sin embargo, Rosero arregló una sala de tomas, ubicada en el pasaje Ecuador. Junto a él destacan las familias Miranda, Salas, Manjarrez y Esteves, generaciones que entregaron su vida a esta noble labor.

Para la década del 70 se montaron los primeros estudios fotográficos. El pionero fue Luis Alfredo Flores con ‘Foto Estudio Flores’ que se encontraba en la avenida Tsáchila y Padre Dominicos. Flores logró profesionalizarse y aprender técnicas de revelado.

Luis Cadena, reconocido fotógrafo de la ciudad, lo cataloga como su mentor y maestro. “Con él trabajé desde 1971, aprendí y conocí a profundidad el trabajo de laboratorio, utilización de químicos, calidad del papel y película, placas, corte y, sobre todo, que una foto mientras más se lava más perdura”.

Primera Asociación

Explicó que Flores junto a Rosero en 1975, constituyeron la primera Asociación de Fotógrafos Profesionales de Santo Domingo. La institución llegó a estar conformada por 60 miembros activos. En la actualidad sigue vigente.

Durante esa época se fundaron dos estudios más en la ciudad: ‘Fotorama’ de Hugo Lazcano Calderón y ‘Lumino Foto Silva’ de Alonso Silva.

Sobre Lazcano, Cadena admitió que fue la persona que le enseñó a retocar. “En ese tiempo utilizábamos lápices para arreglar las imperfecciones”, dice entre risas. Además, destacó a Luis Vinueza en el fotoperiodismo, a Rigoberto Saraguro Durán como innovador innato; y, a Manuel Villavicencio, quien modernizó la fotografía al emplear fondos electrónicos, cuando todavía seguían utilizando rollos.

Para Vicente Galárraga la fotografía anteriormente era un arte manual que demandaba mucha precisión. “En 1967 aprendí a utilizar la cámara oscura de una y dos mangas, a combinar por gramos el carbonato, la hidroquinona y el sulfito para revelar el papel”. Cuenta que eran los únicos autorizados para adquirir los químicos en la botica Santo Domingo que administraba don Ramón Chérrez.

OFICIO. Luis Cadena trabajó en sastrería. En 1971 optó por la fotografía.    
OFICIO. Luis Cadena trabajó en sastrería. En 1971 optó por la fotografía.

Tecnología

Informó que antes de la pandemia por el COVID-19 trabajan cinco fotógrafos en el parque. Durante la cuarentena el alcalde Wilson Erazo les retiró hasta nueva orden. Hasta la fecha no han recibido ninguna indicación. “Al momento, Jorge Villalba y yo somos los últimos sobrevivientes”, indicó Galárraga

Por su parte, Luis Cadena a sus 73 años, siente que la tecnología ensombreció el trabajo, dejando a un lado el esfuerzo, los conocimientos y la experimentación. “Antes para realizar una toma calibrábamos la luz, velocidad y el diafragma, conocíamos técnicas de revelado, calidad del papel, los rollos de la película. La fotografía era un arte”.

Con añoranza declaró que la profesión le otorgó lo mejor: una maravillosa familia, grandes colegas y la satisfacción de encontrar la pasión por un oficio, al cual no deja de llamarlo fotografía artesanal.

En cambio, Galárraga está agradecido por los logros que consiguió a través de la fotografía. “Moriré tomando fotos”. Entusiasmado comentó que maneja Photoshop un 10%. “A la tecnología me acomodo”. Desea volver al parque, porque a los turistas les llama mucho la atención la cámara de mangas y el revelado instantáneo. “Con el tiempo nos convertimos en un patrimonio vivo de la ciudad”, afirmó.

El dato
Inés Galárraga fue la primera fotógrafa. Era la única que transformaba las fotos blanco y negro a color. Empleaba goma, anilina y un pincel.
Profesionalización
En 1985 por derechos adquiridos, la Junta Nacional de Defensa del Artesano concedió el título de fotógrafos profesionales a varios miembros de la Asociación.