Edward Milton Evans: Ingenio e innovación agrícola

LEGADO. Edward Milton Evans, reconocido empresario de la provincia, murió a los 86 años.
LEGADO. Edward Milton Evans, reconocido empresario de la provincia, murió a los 86 años.

‘Mi padre era un hombre constante, trabajador e incansable para lograr sus metas’.

Cuando Cody Evans habla de su padre la palabra integridad se apodera del lugar. Los recuerdos son gratos y únicos sobre su progenitor que falleció el pasado 8 de noviembre, debido a problemas de salud.

La historia de Edward Milton Evans en boca de su hijo aborda valores y principios como la honestidad y la lealtad, que consolidaron la empresa Terrasol, la mayor importadora de piñas del país. “Mi padre jamás tuvo relación con la agricultura. Él era Ingeniero Eléctrico. En el gobierno de Velasco Ibarra lo emplearon junto a su hermano para instalar el sistema de cabinas telefónicas de la empresa Marconi”, indicó Cody.

Todo inició el 24 de abril de 1961, cuando viajó desde Arizona, debido a un contrato de trabajo por seis meses con una empresa de telecomunicaciones, nunca imaginó fundar una de las productoras de frutas tropicales más exitosas de la región, ubicada en Santo Domingo de los Tsáchilas, Ecuador.

Cody agregó que, la agricultura correspondía más a un pasatiempo, que se convirtió en un negocio y luego en el motivo principal para no regresar a su país. Ya radicado con su hermano compra la hacienda María Elena, situada en el kilómetro 18 de la vía Chone, en 160.000 sucres (aproximadamente 8.000 dólares, en la actualidad).  Siembran abacá, que sería su primer cultivo en coordinación con la empresa Furukawa, que lideraba el mercado. Con el tiempo Edward Evans se convertiría en el representante oficial del país en temas de abacá y Terrasol en una de las mayores exportadoras para EE.UU. y Filipinas.

Su gran visión también le llevó a sembrar cacao, maracuyá, yuca, cúrcuma, jengibre, malanga, cardamomo y achiote. Estos cultivos llegaron a ser los más importantes de la nación, generando gran inversión y fuentes de trabajo a familias que migraron de sus tierras hacia la próspera zona de Santo Domingo.

Los éxitos de Evans

Cody mencionó que su padre enseñó a los chilenos a comer piña. “Antes que exportemos el producto, la hervían con azúcar o miel, porque en esas zonas llegaba solo la piña blanca y verde”. Terrasol introdujo la piña dulce y amarilla conquistando el paladar de los chilenos.

“Somos los exportadores más antiguos de piña. Con el mercado chileno llevamos una relación de 42 años. Nuestro producto también lo solicitan en Francia, Alemania y Nueva Zelanda”, señaló.

El éxito con esa fruta se produjo al cultivar durante todo el año, algo no habitual en Ecuador, se produce solo por temporadas. Comenzaron con la piña nacional, la champaka y después se introdujo la MD2, alcanzando un cultivo que comprende 640 hectáreas al año.

Algo similar sucedió con la papaya hawaiana, aunque al inicio fue rechazada. “Nadie quería comer esa fruta. Mi padre la regalaba en el mercado mayorista para que la prueben y luego la consuman. Era un hombre constante, trabajador e incansable para lograr sus metas”. Añadió que fueron pioneros de introducir esta semilla hace más de 30 años en el país.

Otro logro fue con la palma africana, siendo representante para el Ecuador de “ASD de Costa Rica”.

 El legado

La sencillez que proyecta Cody Evans es una herencia, que admite, la dejó su padre. Al que califica como un hombre de palabra, íntegro y sincero, respetuoso con la familia y sus colaboradores. Un ser poblado de sentimientos puros, a veces solitario e introvertido, siempre solidario, ordenado y planificador. Honesto hasta con la competencia que buscaba su consejo, orientación y el maestro en quien confiar.

Para Yolanda Ochoa, directora de Talento Humano de la empresa Terrasol, Edward Evans fue un jefe y sobre todo, un amigo que con amabilidad resolvía cualquier problema. El visionario que con transparencia apostó por este país, el padre amoroso y equilibrado. Recuerda también el amor a sus mascotas, a su entrañable ‘Black’ un pastor alemán al cual entrenaba y compartía su vida.

Ella cuenta que era tranquilo, de voz serena y respetuoso con cualquier empleado. “Para el señor Evans el entendimiento radicaba en la buena comunicación”.

El incansable hombre de campo ha cumplido sus sueños en base a triunfos laborales, que con firmeza y sin desesperarse ha acertado, pero dedicó su tiempo, lo investigó y lo descubrió día a día.

El mundo de la agricultura lo enamoró y lo instaló en Santo Domingo de los Tsáchilas, donde generó plazas de trabajo, reactivó la económica y mostró los extraordinarios productos naturales que posee el país. (CMY)

El dato
Su deseo fue que sus cenizas se esparzan por los cultivos de la hacienda María Elena, ubicada en Santo Domingo de los Tsáchilas.
RECUERDO. Ernesto Páez, Guillermo Loor, Cody Evans, Edward Evans, Yolanda Ochoa y Cody Evans, (hermano).
RECUERDO. Ernesto Páez, Guillermo Loor, Cody Evans, Edward Evans, Yolanda Ochoa y Cody Evans, (hermano).