Circos ya no brindan diversión

PREOCUPACIÓN. Artistas del circo Rolex necesitan que su trabajo se habilite.

El Covid-19, los dejó sin trabajo y sin recursos económicos para subsistir.

Desde el inicio de la pandemia, hasta la fecha los circos no han podido brindar diversión. En Santo Domingo hay cuatro que tienen los telones abajo.

Pablo Calvache, principal del circo Rolex, manifestó que están pasando por un momento crítico, tanto así que le ha tocado vender a un precio muy bajo un auto cargable, monta carga y un camión, representando pérdidas económicas.

“No hay una autoridad que nos ayude, he acudido al Municipio para manifestarles nuestra situación, pero nadie nos ha dado solución. Pedimos que se reactiven las funciones de los circos con todas las medidas de bioseguridad”, expresó.

A Katherine Calvache, gimnasta, lo que más lamenta es que los seis niños que son parte de las familias que conforman el circo, no han podido continuar con sus estudios, por la falta de internet.

Nayerli Rosero, es trapecista, ya no tiene donde ensayar, lo que ella hace requiere de mucha disciplina y sobre todo práctica. “Queremos trabajar, nuestros implementos se están dañando y eso representa pérdida para nosotros”, sostuvo.

Situación

En un terreno ubicado en el baipás Quito-Quevedo, Pablo se ubicó hace un año con todos los implementos del negocio, cada familia vive en los containers. Aquí paga 40 dólares de arriendo, pero afirma que ya le pidieron que desocupe.

El representante del circo pide ayuda a las autoridades, ya que no dan más. La última gira del circo Rolex fue en el Coca, provincia de Orellana, donde el alcalde de este cantón les ayudó con cabezales y comida, para poder llegar a Santo Domingo.

Alternativa

Ante la situación les tocó cambiar de oficio para poder sobrevivir, ahora se dedican a la venta de mascarillas y dulces.

“Nos tocó dedicarnos a algo que no es lo de nosotros para poder conseguir para la comida, en el terreno donde vivimos no tenemos agua, cogemos de la lluvia para abastecernos”. (IJ)

El dato
En este lugar viven 24 personas adultas y seis niños, que no han podido estudiar por la falta de internet.