Un pedacito de Haití en Quito

Figura. Alexander Petion.
Figura. Alexander Petion.

Susana Freire García

Mientras caminaba por los alrededores del Antiguo Hospital Militar, en el sector de San Juan, mis ojos se detuvieron ante el busto de un personaje llamado Jean Jacques Dessalines (1758-1806). Acto seguido me fijé en el busto de otro personaje de nombre Alexander Petion (1770-1818). Mi curiosidad se vio alimentada por las leyendas que estaban colocadas bajo sus nombres.

En el primer caso se trataba del “fundador de la patria haitiana”, y en el segundo del “padre del Panamericanismo”. Y como los mismos se encontraban dentro de las inmediaciones de la Plaza República de Haití, fue fácil decidir el camino que iba a escoger para indagar sobre la presencia de esta plaza en Quito, y el legado de estos ilustres personajes.

Lazo perdurable

Con un fuerte apretón de manos fui recibida por Christian Toussaint, ministro consejero y encargado de negocios, en la Embajada de Haití en Quito. El interés por intercambiar información fue mutuo, así que sin perder tiempo le pregunté acerca de los antecedentes para la creación de esta plaza.

Me respondió que la idea surgió a raíz del terremoto que asoló Haití en 2010. Ante el hecho, varios países prestaron su ayuda, entre ellos Ecuador, mismo que a través de los miembros del Cuerpo de Ingenieros del Ejército otorgó asistencia en la región de L’Artibonite, donde se colocó un busto en honor al general Eloy Alfaro.

Desde ese momento nació un gran interés de parte de las autoridades haitianas por fortalecer los lazos de solidaridad con Ecuador, y siguiendo esta línea entablaron un acercamiento con la Alcaldía de Quito a fin de buscar un espacio idóneo para la creación de esta plaza.

La Comisión de Uso de Suelo emitió un dictamen favorable el 9 de febrero de 2015 para que el Concejo Metropolitano conociese, en primer debate, el proyecto de ordenanza para la designación de la Plaza Haití.

Tras aprobarse en segundo debate el proyecto, la Epmmop y la Administración Zonal fueron las encargadas de realizar los trámites para la firma de un convenio con la Embajada de Haití, a fin de que esta asumiese el mantenimiento de dicho espacio público.

El 6 de mayo de 2015 fue inaugurada la Plaza República de Haití con la presencia del embajador de Haití, Lesly David; Alejandro Larrea, gerente de la Epmmop, y el artesano Vicente Bolaños, quien realizó los bustos. Es así como las figuras de Dessalines y Petion fueron colocados coincidiendo con la celebración del bicentenario (1815- 2015) de la llegada de Simón Bolívar a Haití.

Busto. Jean Jacques Dessalines.
Busto. Jean Jacques Dessalines.

Asilo de libertad

El proceso independentista de Haití gira en torno a estos dos personajes emblemáticos. Dessalines fue un general afro y Petion un general mulato. Como lo explica el ministro Toussaint, la guerra contra los colonos franceses no hubiese sido posible sin la unión entre los afros y los mulatos.

Una vez que alcanzaron la independencia el primero de enero de 1804, Dessalines se convirtió en el primer presidente de Haití. El impacto de la revolución haitiana atrajo detractores y defensores dentro de las colonias hispanoamericanas. En este contexto, Francisco de Miranda, uno de los líderes del proceso independentista, llegó a Haití en 1806 para entablar contacto con Dessalines quien le aconsejó “utilizar un método radical para la liberación de Hispanoamérica”, a la par que le otorgó ayuda en dinero, hombres y armas.

En marzo del mismo año se creó en Jacmel (Haití) la bandera tricolor de la Gran Colombia, lo que corrobora la participación directa de Haití en el proceso independentista hispanoamericano.

Esta colaboración se mantuvo en el tiempo, ya que Alexander Petion (segundo presidente de Haití entre 1808 y 1818) decidió apoyar decididamente a Bolívar después de sus fracasos y derrotas. Por ello el libertador buscó refugio en Haití, país al que arribó en diciembre de 1815. Petion no solo que lo recibió como un amigo más sino que le brindó ayuda monetaria y humana para que retornase a Caracas, con la única condición que proclamase la libertad de los esclavos negros en todas las colonias que lograse independizar.

Cuando Bolívar consiguió sus objetivos, no dudó en reconocer la ayuda de Petion, a la par que definió a Haití “como el asilo de los hombres libres”. La osadía de los haitianos por conseguir su libertad fue castigada con años de embargo tal como lo comenta el ministro Toussaint (el embargo se levantó en 1860).

Muchos no pudieron aceptar aquel postulado de la Constitución de 1805 que estipuló que “cualquier persona perseguida que llegase a Haití era automáticamente haitiana”, dando con esto la oportunidad de ser libres a miles de esclavos.

‘La lucha es la misma’

Toussaint señala que la tendencia de guiarse por estadísticas para medir el desarrollo de los países no considera el proceso histórico de los mismos, por lo que cree que hay que entender la realidad desde otra perspectiva.

En Haití, desde el inicio, nada estuvo a su favor, y la costumbre de resaltar los problemas de esta nación sería un mecanismo usado por otros países para sobresalir dentro de la lógica capitalista.

Dice que el pueblo haitiano es por principio trabajador, solidario, amigable, pacífico, luchador y consiente de sus derechos, de ahí que la lucha por la libertad sigue siendo la misma, dado que la incomprensión externa lo único que ha conseguido es fortalecerlos más…

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