Tras el rastro de los tesoros del Museo Nacional

Por el primer aniversario del repositorio más importante del país,redescubrimos sus joyas más enigmáticas.

La reapertura del Museo Nacional del Ecuador (MuNa), hace poco más de un año, trajo consigo una nueva visión de la Historia de nuestro territorio, en la cual se visibiliza a actores de la conformación de la patria que, en un inicio, fueron relegados del discurso oficial.

Para empezar, la nueva propuesta del MuNa -a cargo de la museógrafa Gabriela Santander- pone en diálogo a los vestigios y obras de arte de la época precolombina y de la colonia con creaciones modernas y contemporáneas, que rompe con la línea cronológica para ampliar el análisis de la historia mediante los cuatro ejes transversales que guían el recorrido: género e interculturalidad, participación y democracia, producción del conocimiento y memoria social y patrimonio.

Ayer y hoy

La colección de MuNa parte de lo que fue el museo del Banco Central del Ecuador, que adquirió durante décadas piezas de arte y vestigios precoloniales que importaban por su valor económico. “La compra de todos estos bienes fue para incrementar el capital del Banco, mas no por conocer la historia”, dice Alexandra Cárdenas, jefe de mediadores del MuNa, al inicio del recorrido.

El Banco Central dejó un legado de 1.250 piezas arqueológicas en exposición, 500 obras de arte colonial y decimonónico, y 170 obras de arte contemporáneo. Actualmente, el Ministerio de Cultura y Patrimonio está encargado de la administración de los bienes y nuevas piezas de la reserva fueron añadidas a la exposición.

Luego de 14 meses desde su reapertura, se han registrado más de 142.000 visitantes al nuevo museo, que realiza recorridos mediados permanentemente, pero también ofrece audios, videos y textos explicativos las obras para facilitar la lectura de las obras a los visitantes.

Además, el MuNa organiza constantemente actividades novedosas con profesionales nacionales y extranjeros especializados, como los conversatorios alrededor de la emblemática obra ‘Los tres mulatos de Esmeraldas’, traída desde España en alianza con el Museo del Prado, que permanecerá en exhibición hasta el 10 de agosto. Esta semana, el experto Andrés Gutiérrez Usillos ofrecerá una serie de conferencias en el Museo y Centro Cultural Esmeraldas, donde se expone una réplica de la obra. (AA)

Los tesoros del Muna

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Núcleo Histórico

La historia de la colección, desde sus orígenes en el Banco Central, para aumentar sus reservas de oro al fundir las piezas prehispánicas. La ‘Mariposa’ es una de las primeras que se salvó de ser fundida, cuando en 1946 Julio Aráuz logró que se suspendieran las fundiciones. Así inició la transformación de la reserva en museo.

Poder político y organización social

Diálogo entre piezas de las culturas originarias, la colonia y la época republicana. Se aborda la pugna por el poder, atravesada por el adoctrinamiento religioso. Destacan aquí las figuras de Gabriel García Moreno y Eloy Alfaro. La enigmática obra de Luis Mideros, ‘Patria’ (1922), contiene la angustia y resistencia que los nuevos modelos de gobierno despertaron en la sociedad conservadora.

Oro, plata y cobre

El popular Salón de Oro, una de las mayores atracciones del museo, resguarda una invaluable colección del arte metalúrgico de las culturas ancestrales. Allí destaca la Máscara de oro con ojos de platino, elaborada por la cultura Tolita.

En diálogo con esta sala, se encuentra la exposición temporal del cuadro ‘Los Tres Mulatos de Esmeraldas’.

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Territorio, Economía y Trabajo

Desde las formas de comercio con el resto de culturas de Latinoamérica hasta las tareas cotidianas, roles sociales y rituales de iniciación que formaban parte de la sociedad precolonial se inmortalizan en vasijas, estatuillas y ornamentos. En la exposición temporal ‘Diversos’ se exhiben evidencias de la visión múltiple que nuestros ancestros tuvieron del género y la sexualidad.

Área Lúdica

El MuNa apuesta por la visita interactiva. En esta sección, está ‘prohibido no tocar’. Réplicas lúdicas de obras que esperan a los visitantes en algún rincón del museo se disponen en la pared para que niños y jóvenes las redescubran de forma creativa. La atracción principal es el diorama inmersivo del cuadro ‘El club estrafalario’, de Juan Agustín Guerrero, donde el espectador puede formar parte de la obra.

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Colonia y República

El recorrido finaliza con un redescubrimiento de la historia del arte ecuatoriano. Obras de paisajismo, arte religioso y exponentes del indigenismo y las vanguardias dan cierre al viaje por la memoria nacional. Entre las antigüedades que se conservan en esta sección, se encuentra el ‘Arcón con catre plegable’, que data del siglo XIX y era usando por viajeros y exploradores.