Cuatro décadas dedicadas al voluntariado

Don Hugo utiliza su herramienta de trabajo para transportar las pintas de sangre
Don Hugo utiliza su herramienta de trabajo para transportar las pintas de sangre

Este personaje es el encargado de transportar las pintas de sangre desde Catamayo hasta la Cruz Roja de Loja.

Las primeras horas del 30 de septiembre de 1967 se mantienen frescas en la memoria de Hugo Constante Martínez Moreno. En esa fecha estuvo a punto de perder a su esposa, Matilde Espinosa Sotomayor, quien a causa de una hemorragia interna que le sobrevino luego de alumbrar a su cuarto hijo, por poco muere.
Hugo Constante, quien se desempeña como taxista, vivió uno de los peores momentos de su vida, producto de la angustia que le ocasionó el estado de salud de su cónyuge. En ese entonces, entre las pocas alternativas que le sugirieron los médicos para salvar a Matilde, era suministrarle urgentemente dos pintas de sangre, cuyo servicio lo encontró en el Banco de Sangre de la Cruz Roja de Loja.
Cuando el reloj marcó las 06h30, recuró la tranquilidad. Su esposa había mejorado notablemente y de inmediato se restableció la normalidad en su hogar.
Esta historia, Hugo, la recuerda con cierta nostalgia, también conoció el servicio que presta la Cruz Roja para salvar vidas. “Internamente me comprometí con la Cruz Roja y si puedo ayudar en algo lo haré con el mayor gusto del mundo” dice. Ese fue el compromiso que asumió luego de que la ayuda de la Cruz Roja salvó a su esposa. Desde entonces, está comprometido con la institución. Considera que la donación de sangre es un deber ciudadano solidario y humano.
Hugo, oriundo de Macará, empezó a donar sangre una vez por año como un gesto de gratitud por la ayuda que la Cruz Roja le brindó a su pareja. Actualmente tiene 73, donó sangre hasta sus 65 años, edad límite hasta la cual está permitido que un ciudadano done sangre.
Otro compromiso que asumió, desde hace 10 años, es transportar de manera gratuita las pintas que el Banco de Sangre de la Cruz Roja Ecuatoriana, Sede Central, envía por avión hasta Catamayo con destino final al Banco de Sangre de Loja. El pedido de las pintas a la Cruz Roja Sede Central se realiza porque existe déficit en el stock de la entidad en Loja; gracias a ello se ha logrado salvar muchas vidas.

El apoyo familiar
Hugo Martínez también concienció a su familia, integrada por seis hijos, cuatro varones y dos mujeres, sobre la noble labor que presta la Cruz Roja. Es por ello que, cuando la institución le solicita transportar pintas de sangre y no se encuentra en casa, cualquiera de sus hijos se preocupa de que el mensaje le llegue lo más pronto posible.
Este voluntario de la Cruz sostiene que todos debemos empaparnos de la labor que cumple la Cruz Roja y debería ser una obligación ciudadana aportar con un granito de arena sin importar la edad.
El peso de los años que lleva sobre sus hombros no le preocupan, mas bien afirma que seguirá apoyando a la entidad hasta que su estado físico lo permita.

72 años tiene actualmente Hugo
10 de ellos los ha dedicado a transportar las pintas de sangre