¿Es posible cuidarse del esmog en Quito?

CONTAMINACIÓN. El esmog afecta a quienes se movilizan a pie, en moto, bicicleta o scooters en la ciudad.
CONTAMINACIÓN. El esmog afecta a quienes se movilizan a pie, en moto, bicicleta o scooters en la ciudad.

Los gases contaminantes pueden causar diferentes enfermedades. Conozca cómo evitar daños a futuro.

El sonido del arranque del bus opaca el ambiente. Mientras tanto, la traba de la transmisión obliga al motor a esforzarse más, lo que causa que un humo negro salga del escape. El gas se esparce en el ambiente y es respirado por peatones y por quienes esperan el transporte que los llevará a su hogar o su trabajo.

Esta es una realidad diaria para personas como Camila Vaca, de 27 años, quien todos los días “traga esmog” mientras espera un bus en la avenida 6 de Diciembre, en el norte de Quito, para ir a su trabajo.

«Los buses más antiguos son los que más humo botan y eso uno termina respirando mientras está en la vereda. He llegado a atorarme por la cantidad de esmog que botan», explica.

Jonathan Garcés, de 32 años, usa su bicicleta para moverse por la ciudad y para entregar los productos orgánicos de su emprendimiento. En sus viajes también respira esmog. «Cada vez que paro en un semáforo y estoy cerca de buses o camiones me llega mucho esmog. Al momento de arrancar es cuando los vehículos tiran más humo y a uno que no tiene ni ventanas ni ninguna protección, le llega todo directo a la nariz», cuenta.

Lo mismo enfrentan quienes manejan motos, a combustión y eléctricas, y scooters. Bryan Gutierrez, de 32 años, es uno de ellos. Tiene una moto eléctrica y todos los días debe soportar la contaminación del esmog y otros gases. «Me ha pasado que hasta la ropa se me ha manchado, porque hay sacos que solo uso para la moto», dice.

En un recorrido por la ciudad, La Hora constató la gran cantidad de esmog que se puede respirar al manejar este tipo de transporte por las calles. Pero, ¿cuál es su efecto y cómo cuidarse?

Efectos y cuidados

El esmog es el nombre que se le da a los gases resultantes de la combustión en los vehículos a diésel o gasolina. Puede contener compuestos tóxicos como monóxido de carbono, óxido de sulfuro y de nitrógeno, hidrocarburos y millones de partículas de plomo, manganeso, cobre, níquel, cinc y carbón.

Todos esos elementos son perjudiciales para la salud y pueden causar serias enfermedades al estar en contacto constante o prolongado con las personas.

Gustavo Muñoz, neumólogo, explica que la exposición constante a estos gases puede causar padecimientos que afectan directamente a la salud respiratoria.

«Estos gases pueden causar la irritación de las vías respiratorias, lo que puede llegar a causar tos, dolores de garganta y otras enfermedades respiratorias como la bronquitis o incluso llegar a cuadros de enfermedades pulmonares obstructivas», explica. «Quienes respiran esmog todos los días, después de años pueden tener los mismos problemas de salud que un fumador activo y frecuente«.

Además, la exposición a estos gases también puede ocasionar enfermedades de mayor gravedad como el cáncer de pulmón y enfermedades cardiovasculares. Según la OMS, un tercio de las muertes por accidentes cerebrovasculares, cáncer de pulmón y cardiopatías en el mundo se deben a la contaminación del aire. Esto representa alrededor de 7 millones de muertes cada año.

A esto se suman enfermedades como la anemia, causada por la alta concentración de monóxido de carbono. Esto debido a que este compuesto bloquea el intercambio de oxígeno en los pulmones y en la sangre.

Más emisiones

La contaminación vehicular tiene otras aristas y problemas, que terminan afectando directamente a los quiteños.

Diego Lincango, experto en movilidad eficiente, explica que los problemas de emisiones en un vehículo es un tema que empieza desde la regulación del país.

«En Ecuador, los carros que llegan como nuevos, tienen dos años de exoneración de la revisión vehicular. Sin embargo, esto puede jugar en contra del ambiente», cuenta.

Lincango explica que las pruebas de emisiones de los vehículos suelen realizarse en puntos al nivel del mar. Esto, al traerlos a condiciones de altura, puede causar inexactitudes entre los niveles de emisiones esperados y los reales.

«Aquí, al haber menos oxígeno, el motor debe esforzarse más y la combustión toma también un poco más. Esto hace que los gases que se generan en este proceso sean más contaminantes de lo esperado», dice.

Para arreglar esto en los vehículos, el proceso consta en la reconfiguración de las computadoras de la máquina. Sin embargo, «esto se debe detectar pronto y la exoneración de la revisión hace que se deban esperar al menos dos años para identificar el problema».

Por otro lado, Lincango reconoce que la reglamentación en temas de revisión técnica vehicular mantiene buenos estándares en Quito. Sin embargo, «muchos carros van a hacer este proceso en otras ciudades, lo que evita que esta normativa se cumpla a cabalidad».

Para él, estandarizar el reglamento de revisión sería un avance para garantizar la menor cantidad de emisiones nocivas desde los vehículos.

Mientras estos problemas no se arreglen, la realidad contaminante de los vehículos seguirá afectando a los ciudadanos de Quito. (ECV)

Zonas con menor calidad de aire

Según normativas internacionales, la calidad del aire en Quito no es óptima pero tampoco es de las peores. Sin embargo, en días de verano, los valores de calidad del aire pueden verse elevados en zonas de gran congestión vehicular.

Según datos de la Secretaría de Ambiente, zonas como Belisario Quevedo, Guamaní y el Centro Histórico pueden presentar menores índices de calidad de aire. Esto, sobre todo, en horas pico como el medio día u horas de la noche.

Más de 400 mil vehículos forman parte del parque automotor de la ciudad.

Consejos para enfrentar el esmog

Usar una mascarilla en el trabajo o al movilizarse por las calles de la ciudad ayuda a evitar grandes secuelas por la exposición a estos gases nocivos.

No se puede usar la misma mascarilla todo el día. Es recomendable cambiarla cada tres horas.

Evitar circular por vías demasiado congestionadas, donde existe un mayor esfuerzo de los vehículos y, por ende, mayor contaminación.

Evitar colocarse detrás de vehículos que generan mayores emisiones como buses, camiones y otros tipos de transporte.