Conozca lo que guardan los cinco museos más antiguos de Quito

museos Quito
El MUNA ofrece un vistazo a la historia del Ecuador. (Foto: MCYP)

Los museos de la ciudad son testigos de la rica historia de ‘La Carita de Dios’. Estos centros culturales albergan obras de arte y personajes históricos que relatan la identidad ecuatoriana.  

“Los museos son el repositorio de la memoria de la sociedad, son un reflejo de quienes somos”, menciona Consuelo Fernández Salvador, antropóloga. 

De acuerdo con el directorio del Ministerio de Cultura y Patrimonio, Quito tiene 62 museos. De todos hay cinco que son los más antiguos de la capital. Estos guardan piezas que nos enseñan la historia de nuestro territorio y de nuestra nación.  

El recorrido de estos lugares traslada a los visitantes a la historia ecuatoriana, desde la época prehispánica hasta las piezas más representativas de la época republicana. También, el arte de la Escuela Quiteña, que combina la policromía local y española.

Conozca a continuación sus rincones y lo más valioso de cada museo.

Museo de Arte Colonial atesora el arte sagrado (1914) 

Foto: Archivo DLH

En una antigua residencia de la época, donde aún se aprecian los elementos característicos de la arquitectura de aquel entonces, pilares de piedra, suelos resonantes de madera y sillas de cuero artesanales, se encuentra el Museo de Arte Colonial. 

Este se estableció en 1914, por el entonces ministro de Educación, Manuel María Sánchez.  Su inicio fue en la casa de la Escuela de Bellas Artes, en el parque de La Alameda. Posteriormente, se trasladó al vestíbulo del Teatro Sucre y, en 1943, se asentó definitivamente en la casa de Ángel Sáenz. Hoy refleja fielmente la estética de la época colonial. 

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Inmersos en un ambiente que evoca el frío de antaño, los visitantes pueden explorar seis salas con las obras de los artistas más destacados de la época como: Bernardo de Legarda, Miguel de Santiago, Diego de Robles, Manuel Chili Caspicara, Joaquín Pinto y Fernando de Rivera.  

En medio del museo se puede observar una espectacular pileta, cuando la distribución de los hogares era distinta a la actual. Este centro evidencia el arte de los siglos XVI al XVIII. Es más, el arte sacro es predominante en el museo y refleja la profunda influencia de la religión en la vida cotidiana de aquellos tiempos. Cada obra cuenta con atributos y símbolos religiosos que refleja la fe que guiaba a la sociedad colonial. 

Cuenta con pocos guías, pero los visitantes tienen la libertad de explorarlo a su propio ritmo. Las obras de mayor relevancia están acompañadas de códigos QR que dan acceso a la historia completa de cada pieza, aunque no todas las obras cuentan con este recurso. 

Días de atención: de martes a sábado  

Horarios: 9:30 – 17:00 

Dirección: Calle Cuenca y Mejía (Centro de Quito) 

Entrada gratuita. 

Museo Alberto Mena Caamaño tiene 47 figuras de cera (1959) 

Foto: Nathalie Tomalá

Tomarse una foto con Simón Bolívar o Manuelita Sáenz es parte de la experiencia del también conocido Museo de Cera. 

Este se creó en 1957 y fue oficialmente inaugurado en 1959. La estructura perteneció originalmente a los jesuitas, hasta 1767 cuando fueron exiliados. Luego, pasó a manos de los dominicos, quienes fundaron una universidad en el edificio. Esta evolucionó hasta convertirse en la actual Universidad Central del Ecuador. En 1954, mediante un intercambio municipal, la universidad se trasladó a su ubicación actual, y el edificio se transformó en el Museo Alberto Mena Caamaño. 

Este centro cultural alberga 47 figuras de cera que narran la historia de Ecuador del siglo XVIII y los procesos de independencia de la España. A lo largo del recorrido, se aprecia, con gran detalle, los rasgos físicos de varios personajes claves de la historia como: Eugenio Espejo, Manuela Cañizares, José Mejía Lequerica, Carlos Montúfar, Simón Bolívar, Manuela Sáenz, Antonio José de Sucre, entre otros. 

Cuenta con varios guías altamente preparados, quienes explican con gran detalle las obras expuestas y ofrecen dinámicas interactivas durante la visita, brindando al público una experiencia auténtica de cómo vivían las personas en aquellos tiempos. 

La obra más importante del museo es la escultura que conmemora la masacre del 2 de agosto de 1810. Según Estefany Villa, guía practicante, es también la más antigua, creada en 1970. Esta pieza es única en su capacidad para sumergir al espectador en la historia.  

Para llegar a ella, los visitantes descienden a los túneles utilizados por las personas de aquella época para escapar. Una vez allí, se recrea la escena y se reproduce un audio pregrabado que incluye las frases exactas pronunciadas por los personajes históricos y el estruendo de los disparos. Esto se complementa con efectos de iluminación que añaden aún más realismo a la escena y el espectador puede experimentar el miedo y la angustia que vivieron aquellos protagonistas. 

Este museo, al encontrarse en un Centro Cultural, ofrece exposiciones variadas sobre diversos temas relacionados con la cultura en su exterior. Desde el momento en que se entra al edificio, los visitantes se ven envueltos en un ambiente que evoca la riqueza cultural de Ecuador. 

Días de atención: de martes a sábado  

Horarios: 9:00 – 17:00  

Dirección: Calle Eugenio Espejo, entre García Moreno y Benalcázar, junto al Palacio de Gobierno (centro de Quito). 

Costo de entrada:  Adultos: $1.50 

Estudiantes: $0,75 

Niños, adultos mayores y personas con discapacidad: $0,50. 

Museo Nacional del Ecuador MUNA (1969) 

Foto: MCYP

Este museo se destaca al ser el pionero en la inclusión de las personas con discapacidad. Los recursos tecnológicos facilitan la comprensión de sus exposiciones. De hecho, el MUNA ofrece voz a diversos grupos, tales como personas con discapacidades, integrantes de la comunidad LGBTQ+, mujeres, indígenas, migrantes, entre otros. Este colabora estrechamente con destacados activistas como Vivian Rodríguez, quien, tras enfrentar dificultades al visitar el museo debido a sus discapacidades, ha abogado por la necesidad de que los espacios culturales sean accesibles para todos. 

Este museo comienza con el Banco Central del Ecuador en 1930. En 1940 la institución comenzó a adquirir piezas arqueológicas y de arte colonial con el objetivo de aumentar su patrimonio. En 1947, se prohibió la fundición de piezas de oro patrimonial, que anteriormente se utilizaban para hacer lingotes, esto dejó las primeras piezas de oro del museo. Hernando Crespo Toral y el entonces presidente José María Velasco Ibarra lo inauguraron en 1969 en las oficinas del Banco Central y, en 1995, se trasladó a la Casa Cultural Benjamín Carrión. El museo funcionó como se inauguró hasta el 2016 cuando cerró y reabrió en 2018 como Museo Nacional del Ecuador 

Este ofrece una experiencia enriquecedora a través de sus diversas salas temáticas, cada una diseñada para transportar al visitante a un nuevo concepto a medida que avanza. Estas salas abordan temas como la prehispánica, la época colonial y la era republicana, y permite a los visitantes explorar tanto el pasado como el presente del Ecuador.  

El museo involucra a los espectadores a través de todos sus sentidos con videos, audios, imágenes y piezas históricas. Además, cada sala es cuidadosamente diseñada con una iluminación y distribución que atraen la atención del espectador. 

La sala más significativa es la de conceptos transversales, que explora temas contemporáneos como la pluriculturalidad, memoria y patrimonio, diversidad de las personas, derechos y participación. Esta sala busca trasmitir la historia de todas las comunidades del territorio, informa Alexandra Cárdenas, guía del museo.  

Una de las piezas más destacadas es una mariposa de oro, la primera que no fue fundida por el Banco Central, es una de las piezas más antiguas. Otras esculturas notables incluyen «El Picasso de la Tolita» y «El Incensario», obras culturales reconocidas en exposiciones internacionalmente que representan las tradiciones y la identidad ecuatoriana de la época. 

Días de atención: de martes a sábado  

Horarios: 10:00 – 17:00  

Dirección: Avenida Patria, entre Avenida 6 de Diciembre y 12 de Octubre. Edificio de los Espejos, Casa Cultural Benjamín Carrión.9 

Entrada gratuita. 

El Museo Casa Sucre cuida un arma legendaria (1977) 

Foto: Nathalie Tomalá

Una antigua residencia que ha sido testigo de los avances de la historia ecuatoriana a lo largo de los siglos. Este edificio, ubicado en lo que alguna vez fue el hogar de los Marqueses de Solanda, remonta a sus visitantes a una época pasada, donde cada rincón cuenta una historia. 

Construida en 1714, esta casa es un tesoro arquitectónico, donde destacan los elementos utilizados en la arquitectura de la época como incrustaciones de huesos en los pisos, formas geométricas a lo largo de toda la estructura y grandes pilares de piedra. Cada detalle refleja la elegancia de una era pasada, pero lo más destacable es saber que el visitante recorre la casa donde una vez vivió uno de los personajes más importantes de la historia del Ecuador: Antonio José de Sucre. 

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Al adentrarse en la Casa Sucre, los visitantes son recibidos por una atmósfera de orden y cuidado. Cada espacio de la casa tiene detalles específicos para ofrecer una experiencia completa. Cuenta con una guía que relata cómo era la vida en la época colonial.  

Este museo rinde homenaje a la memoria de Antonio José de Sucre, héroe de la independencia ecuatoriana. En sus salas de exposición, se pueden encontrar artefactos y objetos que guardan la historia de la sociedad quiteña en los siglos XVIII y XIX, destacando la vida de este personaje. 

La pieza más destacada es la espada de Antonio José de Sucre del siglo XVIII, con la cual libró diversas batallas para la sociedad. Su pieza más antigua es un espejo perteneciente a los Marqueses de Solanda, los propietarios originales de la casa que hoy es el museo. 

Días de atención: de martes a domingo  

Horarios: 9:00 – 16:00  

Dirección: Calle Venezuela y Sucre, esq. (Centro de Quito) 

Entrada gratuita. 

El Museo Abya Yala enseña la profundidad de la Amazonía (1957) 

Foto: Nathalie Tomalá

En medio de la vía universitaria, se encuentra un silencioso espacio donde convergen las tres regiones del Ecuador y se destaca la riqueza de la Amazonia. Este espacio, fundado por los misioneros salesianos, es un tributo a la riqueza artística y cultural del Ecuador. Su nombre proviene de un vocablo panameño que significa “tierra fértil en abundancia”, menciona Alexander Rosero, guía del museo.  

La visita comienza con una exhibición de las piezas más antiguas del museo: las piedras líticas, remanentes de una antigua civilización amazónica. A partir de aquí, el recorrido te sumerge en la primera sección de arqueología y cultura, donde se muestran las obras de arte de las regiones y su evolución a lo largo del tiempo.  Inicia por la costa ecuatoriana, destacando las culturas como: Valdivia, Jama-Coaque, Manteño Huancavilca, Chorrera, Guangala, entre otras. Luego, continúa por la sierra, donde resaltan las culturas Tuncahúan, Cuasmal, Carchi, entre otras.  

Este museo fue concebido con el propósito de resaltar específicamente estas regiones y crear conciencia sobre la situación de las comunidades que la habitan. La experiencia es verdaderamente realista, ya que cada detalle del museo transporta al visitante a la profundidad de la Amazonía y explica los implementos utilizados por cada civilización, como su armamento, vestimenta, artesanías y creencias 

En cada sala, el público puede admirar de cerca las piezas originales donadas al museo durante las expediciones de los religiosos. Entre las culturas representadas se encuentran Cofán, Zápara, Huao, entre otras. Al ser un tesoro cuidadosamente conservado, los grupos pequeños tienen la oportunidad de palpar cada objeto, sintiendo de cerca las vestimentas, implementos y armas de estas culturas, lo que añade un realismo notable a la experiencia. 

Luego, los visitantes pasarán a una zona de concientización, donde se exhiben fotografías tomadas en las áreas afectadas de la Amazonía por actividades humanas como la minería ilegal, la tala de árboles y la contaminación. Finalmente, llegarán a la sala más destacada del museo: «La Casa Shuar», donde se muestra con gran detalle todos los aspectos de la vida de estas civilizaciones.

Se puede observar las vestimentas originales utilizadas por las comunidades, sus accesorios elaborados con elementos característicos de la región, como plumas, dientes de animales y tejidos de corteza de árboles, los instrumentos musicales, armas, una balsa original, trampas de caza, una representación de una cocina con todas las herramientas y vasijas y los animales representativos de la zona, como jaguares, monos, serpientes y tucanes, que han pasado por el proceso de taxidermia para preservar su forma más natural. 

Cada rincón del museo es cuidadosamente mantenido, ya que la preservación de las piezas originales de cada cultura es primordial. Esta dedicación se traduce en una experiencia auténtica para los visitantes, que pueden sentir una conexión genuina con cada región representada. Cuenta con varios guías capacitados que narran las historias y la evolución que ha dado forma al país. En este museo, podrás sumergirte en la riqueza cultural de la Amazonía sin salir de Quito. 

Días de atención: de lunes a viernes  

Horarios: de 9:30 a 12:30 y de 14:00 a 17:30 

Dirección: Avenida 12 de Octubre y Wilson. Junto a la Universidad Politécnica Salesiana  

Entrada Gratuita.  

LA HORA LAB: Nathalie Tomalá Calderón – USFQ