El petróleo cambió la faz del ecuador

Autor: Revista Semanal | RS 73


El miércoles 15 de febrero de 1.972 una extraña procesión cruzó la ciudad de Quito, desde la plaza
de Santo Domingo, en el centro suroriente de la ciudad hasta la Av. Orellana y Amazonas en el norte.

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Los caminantes vestían uniformes militares, pero la marcha no era un desfile militar. Había unos cuántos civiles, pero tampoco era una procesión de fe religiosa.
Para un turista espectador seguramente diría que se trataba de un hecho que, mirado con displicencia, se asemejaba a un sainete montado a la manera de un desfile circense, en que la estrella del espectáculo era un barril lleno de petróleo a ser depositado al interior del templete de los héroes del Colegio Militar Eloy Alfaro. Ese hecho prosaico y torpe producto de un mediocre tiranuelo, marcó la nueva etapa de esta república.

DE DONDE VENÍAMOS
La saga de los gobiernos liberales casi concluye con el advenimiento de lo llamaron “La Gloriosa”, (1.944). Un estallido popular ante el fracaso de la economía y de la invasión peruana y que pretendió, sin éxito, conformar un gobierno de casi todas las tendencias políticas opuestas al gobierno depuesto de Arroyo del Río. A los pocos meses los intereses políticos, más la división de los intereses económicos concluyeron al muy poco tiempo dejando sin valor una progresista constitución (1.945) por que impedía supuestamente gobernar y se expidió otra (1.946) que rigió varias décadas pero el gobierno sucumbió y la crisis de la agro exportación produjo una inestabilidad política que concluyó con el retornó del liberalismo con conceptuaciones modernas y progresista de Galo Plaza, que desarrolló la agricultura de exportación, las plantaciones de banano y la explotación de los recursos marinos interconectadas para promover la exportación.



Una época de desarrollo sostenido, permitió a los gobiernos siguientes construir lo que nos parecían entonces grandes obras.

Este país tenía las únicas vías asfaltadas la de Quito- Latacunga y carecía de toda infraestructura marina, vial y peor aeroportuaria. El velasquismo hizo de las carreteras y la educación su objetivo, empezó la construcción de la vía Quito –Tulcán en el 60 y la concluyó en el último de sus gobiernos en el 72.

Doce años no por falta de voluntad sino por las limitaciones económicas. La dictadura que siguió de Rodríguez Lara tuvo el cinismo de cambiar la placa conmemorativa, colocar una con su nombre y volver a inaugurarla con una danza de canoas, lanchas y anfibios en la laguna de Yahuarcocha.

Igual con el Instituto de Crédito Educativo que hizo desaparecer el Decreto de su creación y emitió otro igual pero otro con su firma y así, sin empacho, con el mismo procedimiento, refundó CEPE ( actualmente Petroecuador).

El gobierno de Camilo Ponce logró modernizar al país, la interconexión vial con la costa, dos terminales aéreas en Quito y Guayaquil, la única vía en concreto (30 K) Quevedo –El Empalme, un Hotel en Quito y unos cuantos edificios ayudado por grandes líneas de crédito posibles por el buen manejo fiscal de las décadas anteriores.

La pobreza era tal que siempre los empleados públicos, maestros y la fuerzas armadas tenían sus salarios con tres y hasta cuatro meses de retraso por lo que eran clientes habituales de los chulqueros que con conexiones adecuadas con los pagadores provinciales hacían y garantizaban sus adelantos.

La realidad nacional antes del petróleo se reflejaba, por ejemplo, en que el avión presidencial era un destartalado DC 3 de los que combatieron en la segunda guerra mundial.

Luego de innumerables polémicas se logró reemplazar por un AVRO que sirvió para el mismo fin por más de cuarenta años. Los ministros, cuando existían emergencias se trasladaban en un AT-23, cazas de dos personas, verdaderas reliquias de la primera guerra mundial.

Los aviones DC 3 que tenía la FAE como dotación, permitieron la formación de la gran empresa TAME, cuyos destartalados equipos nos tenían en constante zozobra ya que para las emergencias, nuestros hábiles pilotos usaban las pocas carreteras disponibles.

La empresa terminó saqueada y destruida por el gobierno correísmo , cuyas caravanas mundiales transportaban a sus acólitos y la liquidaron. No hubo responsables. Así eran las mezquindades.

Las ciudades tenían sus propias empresas eléctricas generalmente municipales y otras privadas, que daban alumbrado con horarios preestablecido y racionando el servicio.

Teníamos un índice de alfabetismo que bordeaba el treinta por ciento, nuestra mortalidad infantil era la más alta de américa.

Y LLEGÓ…..la dictadura de “la revolución revolucionaria”

Hicieron un solemne juramento: la nueva riqueza petrolera descubierta en el Oriente ecuatoriano sería administrada como “solo” los militares lo pueden hacer: con patriotismo y honestidad. El fruto de la tierra cambiaría la faz del Ecuador.

Una frase resumía esa promesa: “Sembrar el petróleo”. Lastimosamente, el tiempo pondría las cosas en su lugar y solo la primera parte de esa promesa se cumpliría: “el petróleo cambiaría la faz del Ecuador; mientras que la segunda sería olvidada por casi todos los gobiernos que se han sucedido en el Poder desde aquel día.

Las fuerzas armadas disfrazaron el golpe supuestamente para impedir un proceso electoral en que Asad Bucaram, a quién cuestionaron mañosamente su nacionalidad, era el seguro ganaron. Pero la verdad es que se apuntaron a asumir el control de la producción, transporte y exportación petrolera a su cargo, persiguiendo a los funcionarios que se le opusieron.

Previamente lograron la expedición de un Decreto supuestamente secreto que disponía que todos los recursos petroleros sean en partes iguales para la defensa nacional y para electricidad, que si carecemos.

LOS VISIBLES CAMBIOS
El Ecuador, desde ese momento cambió. El gobierno adoptó el “desarrollismo” como su bandera.

Con el precio del barril de petróleo a 4 dólares en su inicio, llegando a los 40 en el año siguiente, gracias a la política adoptada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, el gobierno tuvo los recursos para iniciar cuanta obra imaginara. Se creó un Ministerio encargado de trabajar conjuntamente con las grandes empresas internacionales de la explotación, extracción y comercialización del crudo, y de verdad, sus arcas se hincharon de petrodólares.

Con ellos, se construyeron caminos vecinales, hospitales, escuelas, y barrios enteros de empleados y funcionarios de las petroleras.

La danza de los millones creó nuevos ricos, se inició el despilfarro, el saqueo y la corrupción a gran escala, pero existió tanto dinero que hay que reconocer que permeó a la educación, a la salud y al fomento de créditos, aunque muchos de ellos sólo sirvieron para el desarrollo inmobiliario de clases terratenientes que cambiaron de actividad gracias a los créditos subvencionados.

LA URBANIZACIÓN
Quizás lo más visible y evidente lo encontramos en el inicio de un proceso de urbanización de la población ecuatoriana. Las ciudades absolvieron a la población rural y en pocos años sucedió lo que los siglos anteriores no lo habían hecho: Ecuador tiene ahora, una población mayoritariamente urbana (cerca del 60 %).

Para habitar esos nuevos planes de vivienda, apareció con fuerza, una numerosa clase media, de burócrata y de negociantes que encontraron su oportunidad de enriquecimiento. Para llegar a sus casas, esos burócratas necesitaron poseer un vehículo de transporte propio, y el parque automotor creció sin contemplación. Primero fue un carro por casa o familia y ahora es un vehículo por cada miembro de una familia.

CONSTRUIR LA INFRAESTRUCTURA
Para atender las demandas de esa población, los diversos gobiernos debieron construir centrales hidroeléctricas que suplan las, cada vez, más exigentes necesidades de energía eléctrica.

Las ciudades soportaron, en un inicio una tugurización de casas amontonadas sin agua, sin luz eléctrica, sin alcantarillado, sin servicio de recolección de basura, sin escuelas, sin colegios, sin institutos tecnológicos, sin centros de salud: hospitales, centros de atención médica de urgencia, sin un número aceptable de elementos policiales que garanticen su seguridad, etc. El país tuvo que ampliar, en unos casos, las vías ya existentes, y en otros, debió construir nuevas rutas y nuevas carreteras que soporten la movilidad humana.
En suma, el Ecuador, con los ingentes recursos económicos que ingresaron a sus arcas, gracias a la explotación petrolera, pudo responder, de mejor manera, al desarrollo y a las iniquidades sociales pero el petróleo cambió la faz del país. La historia debe recoger que las dos épocas petroleras nos trajeron recursos espectaculares por el precio del crudo y las dos dictaduras, la de Rodríguez y Correa, deberán ser juzgadas por haber desperdiciado el cambio que pudo operarse en el país con esos recursos , pero también hay que reconocer que sin petróleo es nuestro país seguiría siendo paupérrimo.

La Asociación Nacional de Empresarios, ANDE ha hecho llegar una comunicación dirigida al Consejo Nacional Electoral, CNE, en la que en forma respetuosa y razonada solicitan la postergación de la realización de la Consulta Popular, prevista para el 20 de agosto, sobre la pertinencia de seguir explotando o dejar de hacerlo, el petróleo existente en un área equivalente al 0.01 % de la zona oriental del Yasuní.

La comunicación apela para este pedido a una serie de considerandos de carácter económico y social que el cerrar los pozos petroleros existente en esa área, acarrearían, no sólo al patrimonio nacional, sino también a todos los planes y proyectos del desarrollo nacional

ANDE junto a numerosos expertos, medios de comunicación y líderes de opinión en redes sociales coinciden en una gran preocupación porque el electorado no está suficientemente informado para sufragar un voto consciente en la consulta del 20 de agosto del 2023

Para comenzar, la consulta propuesta hace 10 años por Yasunidos versaba sobre un territorio sin operación petrolera alguna, lo cual dejaba abierta la posibilidad que permanezca intocado, mientras ahora, respetando plenamente la ley, se ha establecido una operación de alta tecnología en la que el país ha invertido casi dos mil millones de dólares, cuya producción es esencial para disponer de fondos que contribuyen a atender las ilimitadas necesidades económicas y sociales del país.

Yasuní es una extensa área del territorio nacional, donde se hallan varios pueblos indígenas, algunos en aislamiento voluntario, pero que ahora se han integrado a la explotación del campo ITT, en calidad de trabajadores petroleros no especializados, lo que les ha permitido atender muchos de sus problemas y demandas sociales, de salud y bienestar; por eso, los firmantes de la comunicación solicitan al CNE que las primeras consultas deberían ser propuestas a las comunidades indígenas vecinas al ITT, porque ellas sufrirían el primer impacto social y económico del cierre de su explotación.

Igualmente, la comunicación hace visible los impactos económicos que acarrearían el cierre de sus operación; para ello recurren a un simple cálculo aritmético: hoy se explota en ese campo 55 mil barriles diarios de petróleo, multiplicados por 365 día del año, se obtiene una producción de 20 millones 75 mil barriles anuales (20´075.000), vendidos en el mercado internacional a 66 dólares por barril, se obtiene la cifra de mil trescientos veinticuatro millones novecientos cincuenta dólares anuales (1.324´950.000).

La vida útil del pozo se calcula en 25 años, mínimo, y entonces la cantidad sube a treinta y tres mil ciento veintitrés millones, setecientos cincuenta mil dólares (33.123´750.000)

A esta astronómica cifra debemos añadir el costo de desarmar toda la infraestructura levantada en el campo, dice el comunicado, es de 500 millones de dólares, a los cuales hay que añadir el costo inicial de montar dicha infraestructura que fue mil novecientos millones de dólares.

Pero, el hecho de desmontar las torres tecnológicas de la explotación petrolera también provocaría un enorme daño ambiental por la subsiguiente invasión de inescrupulosos comerciantes tras la riqueza arbórea y de minería ilegal.

Con todos esos razonamientos, la Asociación Nacional de Empresarios y otros colectivos sociales, así como varios líderes políticos y sociales, solicitan que la consulta popular dispuesta por la Corte Constitucional a petición del grupo YASUNIDOS hace 10 años, cuando las condiciones de la explotación petrolera era diferente a la que existe en la actualidad, se postergue para otra fecha, permitiendo al electorado conocer todo lo concerniente a la pregunta planteada y que su respuesta no esté contaminada por las pasiones propias de una campaña electoral presidencial y de miembros de la Asamblea Nacional.

¿Será atendido este pedido? El Consejo Nacional Electoral, tiene la palabra.