Advierten que la cercanía entre ambos líderes obedece a la conveniencia de sus agendas y que se romperá cuando inicie la próxima carrera presidencial.
La relación entre el presidente, Daniel Noboa, y el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, se ha hecho muy cercana en los últimos días. Durante la celebración de las fiestas por el 489 aniversario de la fundación de Quito, el mandatario ha sido uno de los invitados principales en la agenda municipal.
Tras el balotaje presidencial del pasado 15 de octubre de 2023, Noboa conquistó la Presidencia gracias al impulso de Quito, hecho que reconoció y agradeció hace pocos días. Adicionalmente, Noboa contó con el apoyo de aquellos votantes que en la primera vuelta optaron por la propuesta de Fernando Villavicencio (Christian Zurita) y Jan Topic.
Según un estudio de la encuestadora Comunicaliza, desarrollado una semana después de la elección, el 76,7% de los votantes de Villavicencio dio su voto en el balotaje a Noboa, mientras que el 53,3% de quienes apoyaron a Topic trasladó su voto al actual mandatario.
Los analistas políticos Lolo Echeverría y Pablo Guerrero Martínez hicieron algunas consideraciones de cómo este acercamiento político podría afectar a la capital ecuatoriana.
Mutua conveniencia
El analista político y comunicador, Lolo Echeverría, consideró que la cercanía entre el primer mandatario y el alcalde de Quito responde a la dinámica de conveniencia que ambos actores esperan imponer a sus gestiones.
“La buena relación se debe a mutua conveniencia, el presidente sabe que ganó en Quito en la primera y en la segunda vuelta y tiene que cultivar esa buena relación con la ciudad si quiere la reelección”, apuntó.
Recordó que el presidente, desde su estancia en la Asamblea Nacional, ha estado en contacto con la ciudad y ha tenido buena relación con los quiteños, “de manera que ese aprecio y esa necesidad de cultivar la relación con la capital le va a acercar al alcalde de la ciudad”.
Sobre las intenciones de Muñoz, dijo que están centradas en la necesidad de resolver los grandes problemas que afectan a la ciudad, que no podrá solucionar por sí mismo el Municipio.
“Quito tiene muchos problemas difíciles de resolver, imposibles solo para la Alcaldía”, argumentó al señalar que uno de estos problemas es el mantenimiento del Metro de Quito, proyecto que necesita la movilización de alrededor de 400.000 pasajeros diarios para ser rentable y que por ahora solo podría movilizar a la mitad de ellos.
Destacó que el Metro de Quito es un ejemplo del manejo de las políticas públicas para el desarrollo de estructuras más allá de una administración y del color político de los alcaldes y presidentes. “Por la naturaleza del proyecto tiene que haber continuidad, de manera que en ese sentido es un ejemplo de lo que requieren las grandes obras”, dijo.
Al ser consultado sobre si esta relación podría generar fricciones entre la ciudadanía, Echeverría indicó que el quiteño sabe diferenciar entre las necesidades de la ciudad y los colores políticos de las autoridades.
“Me parece que no traerá inconvenientes, lo que puede traer problemas es si el presidente o el alcalde no pueden cumplir con sus ofertas”, advirtió.
Para Echeverría, en la capital no existe una “aversión” al correísmo, “los electores hacen una diferencia entre la Revolución Ciudadana y su líder histórico, el expresidente Rafael Correa. El expresidente Correa por su carácter, por su discurso, por su actitud, no concuerda con el carácter del quiteño”, sentenció.
Acotó que desde su punto de vista, las diferencias entre el presidente Daniel Noboa y el alcalde Pabel Muñoz aparecerán “una vez que empieza la campaña electoral, ahí pudiera haber fricciones, es una campaña presidencial en donde habrá las fricciones porque los dos candidatos, el presidente, si busca la reelección, y la Revolución Ciudadana si busca un nuevo intento de ganar, tendrán una competencia”.
Discursos sin sustancia
El analista político y académico, Pablo Guerrero Martínez, destacó que dentro de la nueva amistad que une a Noboa y Muñoz, un aspecto que los caracteriza es la falta de sustancia en sus discursos.
“En primer lugar, la escena política que se vio del presidente Noboa y el alcalde Muñoz, además que estaban vestidos hasta con una misma chompa de cuero, muy parecidas, fue su discurso insustancial. Yo esperé que el señor alcalde de Quito o el señor presidente, hicieran patente a la ciudadanía algún proyecto de envergadura, algo importante, pero lo que hemos visto es un acto de frivolidad social, político, pero insustancial para la ciudad”, sentenció.
Para Guerrero Martínez, el presidente sigue sin comprender el verdadero espíritu de los quiteños. “Sabemos que hay una alianza entre el Gobierno de Noboa con el partido de Rafael Correa y del Partido Social Cristiano, estamos viviendo ese buenismo que surge de un clima de opinión, que no es el que vibra en el tejido social y popular de los quiteños que votaron en contra del correísmo”.
Guerrero le recordó al presidente Daniel Noboa debe tener claro que el voto que lo llevó a Carondelet no fue por él. “El pueblo votó por otra circunstancia, no por Noboa, el quiteño votó en contra de Luisa, está claro que el ciudadano votó en contra del correísmo”.
Añadió que “el desencanto de la gente y el escepticismo se hace patente en el pueblo, en las personas que no tienen una voz que pueda proyectar con libertad lo que está sucediendo”.
Advirtió que un debate que debe comenzar a avanzar en Quito es el crecimiento de algunas parroquias de la ciudad hacia el estatus de cantones, como una fórmula que permita brindar soluciones efectivas y cercanas a los ciudadanos. (ILS)
Daniel Noboa participará en el Consejo de Seguridad de la ONU
La agenda del primer viaje oficial del presidente de la República, Daniel Noboa, sigue tomando forma. El mandatario partió anoche a la ciudad de Nueva York (EE.UU.), donde participará en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Según la información difundida por la Presidencia de la República, Ecuador presidirá el Debate Abierto del Consejo de Seguridad en el que se plantearán problemas claves: las amenazas a la paz y la seguridad internacional; la lucha contra la delincuencia organizada transnacional y los desafíos crecientes para la ONU.
La agenda internacional del mandatario cerrará el próximo domingo, cuando asista a la investidura del presidente de Argentina, Javier Milei, en Buenos Aires.