Cuatro pasos para planificar tus gastos y sacarle el jugo a tu dinero

Planificar los gastos ayuda a alcanzar una vida familiar estable.
Planificar los gastos ayuda a alcanzar una vida familiar estable.

La planificación de los gastos personales y familiares puede ordenarse con facilidad. Los resultados alivian el futuro. (Contenido Patrocinado)

Conoce cómo planificar tus gastos en cuatro sencillos pasos:

Paso 1: Gastos

 Seguramente conoces al centavo cuánto ganas, pero no cuánto gastas.

El primer paso para planificar los gastos -personales o familiares- es registrar, también al centavo, en qué utilizas el dinero.

Para esto no necesitas más que una hoja de papel. También puedes utilizar una hoja de Excel o una App.

Durante un mes, escribe cada día todos los gastos que realizas: en efectivo, con tarjeta, por transferencia, débito automático, cheque, etc.

No dejes de lado los gastos “hormiga”, que son los pequeños gastos que parece que no afectan tus finanzas: 25 centavos de pasaje de bus, 1 dólar de refresco, 50 centavos de una golosina, etc.

Si es personal, registra tus gastos. Si es familiar, los de todos los miembros.

Con el registro de gastos obtendrás una “fotografía” de tu estado financiero.

Paso 2: Presupuesto

El segundo paso es transformar ese registro en un presupuesto.

Un presupuesto es una herramienta que te ayuda a distribuir tus ingresos de manera planificada.

El presupuesto está formado por ingresos, gastos, deudas y ahorro.

Ingresos

Si tienes sueldo fijo, el ingreso es el valor líquido que recibes al mes, descontados impuestos y otras retenciones normales en relación de dependencia laboral.

Si tienes un sueldo variable por comisiones de ventas, o eres microempresario, el ingreso es el promedio mensual de tu ingreso líquido durante el último año.

Gastos

Ahora, existen dos tipos de gastos: básicos y no básicos.

Los básicos: son los necesarios para tu sobrevivencia, como alimentación en casa, vivienda arrendada o hipotecada, servicios básicos (agua, energía eléctrica), movilización, servicios de salud pública…

No básicos: son aquellos no necesarios para sobrevivir y que responden a un “estilo de vida” o a “gustos”. Entre estos están, por ejemplo, la comida en restaurantes, la suscripción a planes ilimitados de Internet o telefonía, la movilización en taxis privados…

¡Toma en cuenta los gastos que no son mensuales! Por ejemplo: matrícula y útiles escolares, revisión y matrícula de auto, pago de impuesto predial, regalos de cumpleaños o Navidad… Estos gastos no recurrentes deben incluirse en el presupuesto, divididos en 12 mensuales para tener el dinero listo cuando lo necesites.

Deudas

Las deudas son compromisos adquiridos con instituciones financieras, familiares, amigos, etc. por el préstamo de una cantidad de dinero en un tiempo (plazo) determinado. El precio del préstamo se llama interés.

Anota en tu presupuesto todas tus deudas vigentes: a quién debes, cuánto y por qué tiempo.

Ahorro

El ahorro es el dinero que guardas antes de gastar. No es el dinero que sobra a fin de mes.

Es importante que el ahorro conste en tu presupuesto para que sea tomado en cuenta como un pago que realizas apenas recibes tus ingresos.

De hecho, debe ser el primero. Recuerda que es un pago a ti mismo; por tanto, ¡es el más importante!

El ahorro te servirá para cumplir metas, afrontar emergencias y/o hacer inversiones que te generen ingresos.

Paso 3. La Regla de Oro

El tercer paso es procurar distribuir el presupuesto según la regla de oro 50/40/10:

Se recomienda que la mitad de tu dinero se destine a gastos básicos, mientras que 40% a gastos no básicos y deudas, y 10% al ahorro.

Ojo: Las cuotas de préstamo hipotecario y/o estudiantil se consideran como gastos básicos porque equivalen a pago de arriendo y/o pensión escolar. Solo en estos dos casos deben ir en el 50% y no como deudas.

Paso 4. La técnica PERC para problemas financieros

 Al final del ejercicio, la clave es que no gastes más de lo que ganas, es decir, que el presupuesto no tenga un saldo negativo.

Si eso sucede, aplica la técnica PERC que te ayudará a analizar tus gastos y decidir cuáles:

Posponer: cosas no básicas, como compra de televisor nuevo.

Eliminar: cosas que no estés usando, como suscripciones a servicios o revistas, membresías, etc.

Reducir: rubros en los que estés gastando mucho: comida en restaurantes, salidas al cine, plan de televisión por cable, plan de telefonía celular, etc.

Conservar: lo que sirva para cubrir necesidades básicas, como compra de alimentos para preparar en casa, movilización en servicio público, etc.

Finalmente, aprovecha esta sencilla herramienta que te ayudará a armar tu presupuesto y ver qué ajustes puedes hacer para planificar de mejor manera los gastos.