Venezuela

Rodrigo Contero Peñafiel

Una grave crisis política, social y económica, ocasionada por la novelería del “socialismo” implementado por Hugo Chávez y seguido por Nicolás Maduro, cuya popularidad está entre el 10% y 15%, invade Venezuela, país al que emigraban muchos ecuatorianos hace algunos años en busca de mejores días; en la actualidad más de tres millones de venezolanos huyen de su país con niños en brazos, cargados de una maleta y muchas ilusiones en su afán de tener libertad y poder subsistir con sus familias, están decididos a comenzar una nueva vida, incluso dispuestos a soportar la muerte en su objetivo.

Lo han dejado todo, sufren hambre, fatiga e incomprensiones luego de largas e interminables caminatas, buscan un espacio en algún país donde sean acogidos y puedan subsistir. Se los encuentra fácilmente en avenidas y espacios verdes de las ciudades ecuatorianas, portan letreros pidiendo ayuda. ¡Y pensar que, a pesar de todo este clamoroso espectáculo, todavía existen personas que dentro y fuera del país apoyan esta dictadura de hambre, miseria y persecución sanguinaria!, las protestas en calles venezolanas han ocasionado centenares de asesinatos por parte de las “fuerzas del orden”.

Estados Unidos, la comunidad europea, el grupo de Lima con la colaboración decidida de Colombia y Brasil, ante esta conmovedora realidad -gente que busca comida en la basura- aportaron un contingente importante de ayuda internacional, consistente en camiones con alimentos y medicinas que cuando quisieron ingresar por las fronteras fueron impedidos por la guardia leal a Maduro que prefirió incendiarlos en un acto abominable que revela la soberbia, sumisión y maldad ante la necesidad y angustia de su propia gente.

Los presidentes de Colombia, Chile y Estados Unidos anunciaron que se vislumbran nuevos días sin Maduro. La valiente actitud, la gira al exterior y retorno exitoso a Caracas de Juan Guaidó, presidente interino, nos dice que no quedará impune la sangre derramada por patriotas venezolanos y no será en vano el dolor de millones de conciudadanos. El apoyo valeroso de muchos países del mundo así lo demuestra. En corto tiempo Venezuela renacerá.

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