Una de cal y otra de arena

JOSÉ LUIS SAMPIETRO SAQUICELA

El Plan Nacional de Desarrollo en su eje segundo y en su quinto objetivo, referente a la economía al servicio de la sociedad, indica que: Se debe impulsar la productividad y competitividad para el crecimiento económico sustentable de manera redistributiva y solidaria. Para este objetivo en particular, la meta planteada es el incremento del empleo adecuado del 41.2% al 47.9% hasta el 2021.

Hasta diciembre del 2018, dentro de la caracterización de la población con empleo adecuado, el 76.2% de la misma son asalariados, cuya mayor cantidad de personal tiene entre 1 y 10 años de trabajo en las empresas, con una representatividad del 55.4%. Con la promulgación del decreto ejecutivo No. 135 en Septiembre del 2017, que pretende la optimización del gasto estatal, se da inicio a la contracción del tamaño del estado, con un énfasis incoherente sobre el talento humano.

A la presente fecha, se pretende reducir en un 10% el talento humano de las EP, pero no se analiza la mejora de los procesos de operación y gasto en los activos de las mismas. Con estas medidas, difícilmente se llegará a cumplir la meta de un 47.9% de ecuatorianos con un empleo digno, que permita a la familia ecuatoriana tener las condiciones básicas y necesarias que promulga el buen vivir en el plan de gobierno.

Trasladando la problemática a nivel local, es necesario que las autoridades y los propios trabajadores transmitan al gobierno central la importancia del capital humano en las empresas, fundamentalmente las consideradas dentro de los sectores estratégicos (Termoesmeraldas I, II; Refinería Estatal y Flopec). Esmeraldas sufrió un declive económico una vez que finalizo la repotenciación de la Refinería de Esmeraldas, cuando las empresas que prestaban servicios y contrataban personal local se retiraron, agudizando la crisis en las economías de aglomeración, lo que sumado al nuevo despido planificado, provocaría el aumento de la pobreza en la provincia.

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