Es tanta la indecencia acumulada durante la era correísta que en vocabulario al uso no asoman palabras que sean capaces de dimensionarla con exactitud: la corrupción entonces se echó a sus bolsillos 70 mil millones de dólares. Un monto que pagamos todos y en particular aquellos compatriotas sin empleo, condenados a la pobreza, viviendo como pueden y con las esperanzas echas trizas por una retórica política engañosa e indecente.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Unión Europea desgranan en sus informes sobre nuestra realidad todo un rosario de tragedias en nuestro país. La primera de ellas es la que señala que de lo que se pierde anualmente Ecuador por corrupción superaría las estimaciones previas.
El Producto Interno Bruto calculado en unos 100.000 millones anuales, hace aguas por dondequiera que se mire. Por ejemplo, durante la década de Rafael Correa, las cifras por corrupción en compras públicas habrían alcanzado los 40.000 millones en pérdidas. A lo que deben sumarse pérdidas multimillonarias por ineficiencia, malos manejos, despilfarro y malgasto. Todo ello explica cómo se perdió toda una década de desarrollo.
El hiperpresidencialismo, un “monarca absolutista” cada cuatro años o más, trae estos frutos. Este es el mar de calamidades en el que tendrán que bregar este gobierno y los que le sigan por muchos años, y con ellos varias generaciones de ciudadanos. Al populismo, esa suma de promesas y dispendios, de burocracia depredadora y políticos inmorales, lo retratan de cuerpo entero estos informes.
La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir”. Jacques Benigne Bossuet. Clérigo francés y escritor (1627-1704)La política es el departamento ‘Espectáculos’ de la industria”. Frank Zappa. Músico estadounidense (1940-1993)