Terror en las universidades

ATILIO RUGEL ALBÁN

Después de casi 40 años en que se pensaba que las universidades del país volvían a la tranquilidad, luego de los acontecimientos criminales por las que pasaron, especialmente la de Guayaquil y Portoviejo, donde grupos armados eran quienes decidían la marcha administrativa y académica, en el momento actual de este año 2019, van, por lo menos, seis atentados terroristas con detonación de bombas, asaltos al interior y exterior, amenazas a autoridades, cuerpo docente y administrativo; violaciones a estudiantes, práctica de sicariato, de manera tal que deben a toda costa evitar que la delincuencia recobre el terreno perdido que ha hecho tanto daño a la educación superior.

Todo el país está informado del desgobierno que vivió su principal centro de educación y los que tratan es de caotizar la educación ahora que hay una autoridad que está tratando de hacer los correctivos y haciendo señalamientos de las anormalidades que han ocurrido en ese centro educativo. El rector Passailaigue y las demás autoridades que el Gobierno designó por un lapso de dos años, tienen que prolongar su estadía para tratar de subsanar los males, toda vez que, de no hacerlo, esta situación se revertiría en otros centros de educación superior, porque lo malo se aprende con facilidad y podemos darnos cuenta que las medidas han quedado cortas y a pesar de que las cámaras de vigilancia se han multiplicado, se ha aumentado la guardianía, se ha pedido la colaboración a la Policía, todo ha sido inútil y las bandas delincuencia han tomado fuerza.

Que esta situación no se viralice y se extienda al resto del país, porque bien sabemos que hay muchos estudiantes que se matriculan para hacer política, debido a que estudiar no les interesa sino que son agitadores profesionales que caotizan la marcha de estos centros. En la UTE-LVT de Esmeraldas uno de sus dirigentes estudiantiles, daba a conocer, a través de los medios de comunicación colectiva, que hasta esta institución entran malhechores que roban y asaltan porque andan bien armados, aprovechando que el personal de guardianía es escaso, que hay una pobre iluminación, que las cámaras de vigilancia no superan la docena y con un problema peculiar que este centro educativo permite el paso a las personas que viven en una ciudadela que está en las lomas de la parte oeste y que, además, no existe la exigencia de documentos para ingresar al Alma Máter.