SOS Venezuela

César Ulloa Tapia

La transición a la democracia en Venezuela es lacerante y evidencia posturas políticas incompresibles por parte de países como México y Uruguay, pero también se observan otras más claras como las de Rusia, China, Cuba y Bolivia. En el primer caso, no deja de perturbar que un país como Uruguay que sabe a ciencia cierta cómo es una dictadura sostenga la idea de agotar el diálogo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, cuando el primero transgrede de manera permanente los derechos de las personas y ha provocado una crisis humanitaria inusitada en la región.

En cuanto a México, Manuel López Obrador (AMLO) inaugura su política exterior tensando los escenarios con su vecino del norte, Estados Unidos, al desmarcarse de Donald Trump respecto de su perspectiva acerca de Venezuela. Incluso, AMLO tendrá que definir si visita primero el Kremlin de Vladimir Putin o cruzar la frontera hacia Norteamérica, pese al muro. Cualquier decisión pondría al descubierto el tipo de relación que México diseñará con la región y con el mundo. Aquí todo puede suceder.

El apoyo del gobierno de Cuba a la dictadura venezolana es previsible, porque entre “bomberos no se pisan las mangueras”. Hay rastros y rostros que la historia ha capturado cuando líderes autoritarios y dictadores han cerrado filas y fomentado un fuerte espíritu de cuerpo.

En este caso puntual, el intercambio entre las dos naciones se basa en que la una obsequia petróleo y la otra, a cambio, le abastece de sistemas de inteligencia y control, programas sociales y una experiencia probada en mantener un sistema político hegemónico.

De Rusia, la lectura es más compleja y delicada porque hablamos de un jugador de enorme incidencia en el mundo y que puede replantear las relaciones políticas, económicas y diplomáticas, incluso de reeditar una versión posmoderna de la Guerra Fría en pleno siglo XXI. Maduro está entre las cuerdas, pero con el poco oxígeno artificial de China, las declaraciones de Putin y el apoyo simbólico de Bolivia en la región. Hasta tanto, en espera del desenlace mientras envío el editorial.

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