Desde todo punto de vista suena a embuste que un exmandatario diga que solo es responsable desde el punto de vista político de cuanto se haya hecho durante su gobierno. Ese intento de distorsionar la memoria colectiva, reducirla a escombros con un mazazo, y de convertir a sus conciudadanos más ingenuos en cómplices, es un golpe a traición al país que puso su destino en sus manos.
Le son ajenos el despilfarro, el tráfico de influencias, el endeudamiento público, atentar contra la seguridad social, la intervención en la Función Judicial, operaciones encubiertas ilegales contra ciudadanos, crímenes no aclarados y una hasta ahora insoldable corrupción. “Nada” tuvo que ver con sus responsabilidades. Es decir, la Constitución de Montecristi, en parte forjada por él y los suyos, no le competía.
El peregrinaje de Correa, con abundantes palabras malsonantes, por medios de comunicación (a alguno de los cuales difamó y persiguió con saña durante su régimen), gracias a su total falta de contención parece reflejar un ego desmesurado y una alta peligrosidad. No tienen que ver con supuestas violaciones al debido proceso y el atropello a la democracia y sus instituciones.
A pesar de sus distorsiones verbales y la forma mañosa de enfocar los actos de su gobierno, la justicia de hoy, despojada de su tutela, comienza a poner todo en su lugar. Le está diciendo a él, a sus seguidores y, lo más importante, a toda la sociedad, cuál es el tamaño real y la hondura de su responsabilidad legal y cívica mediante pruebas incontestables y contundentes.
La mayor sabiduría que existe es conocerse a uno mismo”. Galileo Galilei Físico y astrónomo italiano (1564-1642)
Sacar provecho de un buen consejo exige más sabiduría que darlo”. John Churton Collins Crítico literario inglés (1848-1908)