Siguen sordos

El espíritu se subleva cuando hay oídos sordos ante los clamores ciudadanos que se transmiten a través de los medios de comunicación social y se confirma aquello de que no hay más sordos que los que no quieren oír.

A los amables lectores les consta que en varias oportunidades y haciendo uso del espacio que me concede diario La Hora he trasladado a las autoridades competentes el criterio, sugerencia o recomendación de que la matriculación vehicular se haga cada cuatro años, como sucede en otros países, a fin de evitar las filas interminables que suelen formarse para cumplir con este menester.

Por fin se lo pone en práctica desde la presente oportunidad, aunque, en forma incompleta porque también se ha reclamado que el avalúo sea de acuerdo con los años de servicio de los automotores, aplicando la norma contable vigente y de uso generalizado de que los bienes muebles se devalúan cada año. Solamente en ‘Ecuador de Ripley’ sucede que cada año se revalúan los vehículos.

Los ecuatorianos merecemos una explicación clara, concreta y sencilla de parte del SRI, Policía Nacional, Consejo Nacional de Tránsito o del ente que tenga que ver con este asunto el fundamento para revalorizar anualmente los vehículos que circulan en ciudades y carreteras, resultando paradójico y risible que cueste más caro matricular un carro viejo que uno nuevo.

A mano tengo los comprobantes emitidos por el Banco Pichincha de un carro modelo 1980 cancelando 40,50 dólares y de otro modelo 2000, pagando 40.

Si nadie da una explicación sobre el tema, invito a la protesta y que se impida que se meta la mano al bolsillo del contribuyente de este país.

Quisiera creer que, al menos por la cercanía a las elecciones de octubre venidero, los candidatos harán suyo este clamor nacional y que ellos tampoco se hagan los sordos, ciegos y mudos, aunque ya se ha hecho muy común aquello de que ”yo te ofrezco, busca quién te dé”.