Por Jorge Madera Castillo
La recuperación y conservación del Patrimonio histórico de los pueblos es una tendencia mundial sostenida e impulsada por las culturas de cada lugar, pues son el testigo presente de la historia, las costumbres y tradiciones de las sociedades, de las instituciones, de las familias y de los individuos. Para ello trabajan serias instituciones internacionales, y las leyes nacionales norman, permiten y prohíben las acciones de los ciudadanos sobre estos bienes. También es una tendencia en los países el valorizarlos o “ponerlos en valor” para propósitos de promover la industria cultural ligada directamente con el turismo. Es allí donde entra el concepto de innovación. Estos sitios son utilizados para generar desarrollo económico y empleo. Justamente es lo que pretende la Junta de Rescate Patrimonial de Ibarra (JRPI) en aplicación al centro histórico tanto de Ibarra como de las poblaciones aledañas como son San Antonio de Ibarra, Caranqui, La Esperanza y otras.
Recuperar, Conservar e Innovar es el proceso lógico para poner a producir todos estos bienes. Ejemplos sobran en el mundo y tenemos varios en la localidad. Se ha recuperado la vieja estación del Ferrocarril y mediante un proceso de innovación hoy es una verdadera joya. Se ha recuperado el antiguo Hospital San Vicente de Paúl y el abandonado convento de las Madres Carmelitas; mediante la re funcionalización e innovación han sido convertidos en sendos edificios para uso académico dotados de toda la tecnología. Se ha recuperado la antigua casa de la familia Ayala y al innovar la convirtieron en en la “Casa de la Ibarreñidad”. El viejo cuartel hoy es una belleza gracias a la innovación y se ha convertido en un centro cultural; igual suerte han tenido el antiguo edificio del antiguo mercado popular y el antiguo teatro Municipal que hoy en un solo cuerpo integran un centro cultural del Ministerio de Cultura. Sucederá con el antiguo colegio Teodoro y otras grandes casonas de propiedad pública y también privada.
Recuperar y conservar entonces no son suficientes. Es a innovación lo que da sentido a estas acciones si queremos que estos bienes pasen a ser productivos económica y socialmente. Junto a la famosa basílica de Cuenca en pleno Parque Calderón existe una edificación del monasterio que permanecía cerrada y poco conservada; hoy ha sido recuperada y mediante la innovación la han convertido en un sitio de atracción turística donde se expone arte, se venden artesanías y se han instalado lujosos sitios de comidas y bebidas; innovaron y pusieron en producción. Por nuestras tierras tenemos en la Fábrica Imbabura un bello ejemplo de recuperación e innovación; pero no innovaron un modelo de negocio adecuado, por lo tanto no es auto sostenible, como tampoco lo son: el Cuartel, la casa de la Ibarreñidad, el teatro Gran Colombia y otros bienes. Se demuestra también entonces que la innovación sin un concepto de auto sostenibilidad, tampoco funciona. Si no se considera esto, nos llenaremos de bellos edificios patrimoniales innovados….pero vacíos y en deterioro.
DIARIO LA HORA
17/10/2019
Por Jorge Madera Castillo
La recuperación y conservación del Patrimonio histórico de los pueblos es una tendencia mundial sostenida e impulsada por las culturas de cada lugar, pues son el testigo presente de la historia, las costumbres y tradiciones de las sociedades, de las instituciones, de las familias y de los individuos. Para ello trabajan serias instituciones internacionales, y las leyes nacionales norman, permiten y prohíben las acciones de los ciudadanos sobre estos bienes. También es una tendencia en los países el valorizarlos o “ponerlos en valor” para propósitos de promover la industria cultural ligada directamente con el turismo. Es allí donde entra el concepto de innovación. Estos sitios son utilizados para generar desarrollo económico y empleo. Justamente es lo que pretende la Junta de Rescate Patrimonial de Ibarra (JRPI) en aplicación al centro histórico tanto de Ibarra como de las poblaciones aledañas como son San Antonio de Ibarra, Caranqui, La Esperanza y otras.
Recuperar, Conservar e Innovar es el proceso lógico para poner a producir todos estos bienes. Ejemplos sobran en el mundo y tenemos varios en la localidad. Se ha recuperado la vieja estación del Ferrocarril y mediante un proceso de innovación hoy es una verdadera joya. Se ha recuperado el antiguo Hospital San Vicente de Paúl y el abandonado convento de las Madres Carmelitas; mediante la re funcionalización e innovación han sido convertidos en sendos edificios para uso académico dotados de toda la tecnología. Se ha recuperado la antigua casa de la familia Ayala y al innovar la convirtieron en en la “Casa de la Ibarreñidad”. El viejo cuartel hoy es una belleza gracias a la innovación y se ha convertido en un centro cultural; igual suerte han tenido el antiguo edificio del antiguo mercado popular y el antiguo teatro Municipal que hoy en un solo cuerpo integran un centro cultural del Ministerio de Cultura. Sucederá con el antiguo colegio Teodoro y otras grandes casonas de propiedad pública y también privada.
Recuperar y conservar entonces no son suficientes. Es a innovación lo que da sentido a estas acciones si queremos que estos bienes pasen a ser productivos económica y socialmente. Junto a la famosa basílica de Cuenca en pleno Parque Calderón existe una edificación del monasterio que permanecía cerrada y poco conservada; hoy ha sido recuperada y mediante la innovación la han convertido en un sitio de atracción turística donde se expone arte, se venden artesanías y se han instalado lujosos sitios de comidas y bebidas; innovaron y pusieron en producción. Por nuestras tierras tenemos en la Fábrica Imbabura un bello ejemplo de recuperación e innovación; pero no innovaron un modelo de negocio adecuado, por lo tanto no es auto sostenible, como tampoco lo son: el Cuartel, la casa de la Ibarreñidad, el teatro Gran Colombia y otros bienes. Se demuestra también entonces que la innovación sin un concepto de auto sostenibilidad, tampoco funciona. Si no se considera esto, nos llenaremos de bellos edificios patrimoniales innovados….pero vacíos y en deterioro.
DIARIO LA HORA
17/10/2019
Por Jorge Madera Castillo
La recuperación y conservación del Patrimonio histórico de los pueblos es una tendencia mundial sostenida e impulsada por las culturas de cada lugar, pues son el testigo presente de la historia, las costumbres y tradiciones de las sociedades, de las instituciones, de las familias y de los individuos. Para ello trabajan serias instituciones internacionales, y las leyes nacionales norman, permiten y prohíben las acciones de los ciudadanos sobre estos bienes. También es una tendencia en los países el valorizarlos o “ponerlos en valor” para propósitos de promover la industria cultural ligada directamente con el turismo. Es allí donde entra el concepto de innovación. Estos sitios son utilizados para generar desarrollo económico y empleo. Justamente es lo que pretende la Junta de Rescate Patrimonial de Ibarra (JRPI) en aplicación al centro histórico tanto de Ibarra como de las poblaciones aledañas como son San Antonio de Ibarra, Caranqui, La Esperanza y otras.
Recuperar, Conservar e Innovar es el proceso lógico para poner a producir todos estos bienes. Ejemplos sobran en el mundo y tenemos varios en la localidad. Se ha recuperado la vieja estación del Ferrocarril y mediante un proceso de innovación hoy es una verdadera joya. Se ha recuperado el antiguo Hospital San Vicente de Paúl y el abandonado convento de las Madres Carmelitas; mediante la re funcionalización e innovación han sido convertidos en sendos edificios para uso académico dotados de toda la tecnología. Se ha recuperado la antigua casa de la familia Ayala y al innovar la convirtieron en en la “Casa de la Ibarreñidad”. El viejo cuartel hoy es una belleza gracias a la innovación y se ha convertido en un centro cultural; igual suerte han tenido el antiguo edificio del antiguo mercado popular y el antiguo teatro Municipal que hoy en un solo cuerpo integran un centro cultural del Ministerio de Cultura. Sucederá con el antiguo colegio Teodoro y otras grandes casonas de propiedad pública y también privada.
Recuperar y conservar entonces no son suficientes. Es a innovación lo que da sentido a estas acciones si queremos que estos bienes pasen a ser productivos económica y socialmente. Junto a la famosa basílica de Cuenca en pleno Parque Calderón existe una edificación del monasterio que permanecía cerrada y poco conservada; hoy ha sido recuperada y mediante la innovación la han convertido en un sitio de atracción turística donde se expone arte, se venden artesanías y se han instalado lujosos sitios de comidas y bebidas; innovaron y pusieron en producción. Por nuestras tierras tenemos en la Fábrica Imbabura un bello ejemplo de recuperación e innovación; pero no innovaron un modelo de negocio adecuado, por lo tanto no es auto sostenible, como tampoco lo son: el Cuartel, la casa de la Ibarreñidad, el teatro Gran Colombia y otros bienes. Se demuestra también entonces que la innovación sin un concepto de auto sostenibilidad, tampoco funciona. Si no se considera esto, nos llenaremos de bellos edificios patrimoniales innovados….pero vacíos y en deterioro.
DIARIO LA HORA
17/10/2019
Por Jorge Madera Castillo
La recuperación y conservación del Patrimonio histórico de los pueblos es una tendencia mundial sostenida e impulsada por las culturas de cada lugar, pues son el testigo presente de la historia, las costumbres y tradiciones de las sociedades, de las instituciones, de las familias y de los individuos. Para ello trabajan serias instituciones internacionales, y las leyes nacionales norman, permiten y prohíben las acciones de los ciudadanos sobre estos bienes. También es una tendencia en los países el valorizarlos o “ponerlos en valor” para propósitos de promover la industria cultural ligada directamente con el turismo. Es allí donde entra el concepto de innovación. Estos sitios son utilizados para generar desarrollo económico y empleo. Justamente es lo que pretende la Junta de Rescate Patrimonial de Ibarra (JRPI) en aplicación al centro histórico tanto de Ibarra como de las poblaciones aledañas como son San Antonio de Ibarra, Caranqui, La Esperanza y otras.
Recuperar, Conservar e Innovar es el proceso lógico para poner a producir todos estos bienes. Ejemplos sobran en el mundo y tenemos varios en la localidad. Se ha recuperado la vieja estación del Ferrocarril y mediante un proceso de innovación hoy es una verdadera joya. Se ha recuperado el antiguo Hospital San Vicente de Paúl y el abandonado convento de las Madres Carmelitas; mediante la re funcionalización e innovación han sido convertidos en sendos edificios para uso académico dotados de toda la tecnología. Se ha recuperado la antigua casa de la familia Ayala y al innovar la convirtieron en en la “Casa de la Ibarreñidad”. El viejo cuartel hoy es una belleza gracias a la innovación y se ha convertido en un centro cultural; igual suerte han tenido el antiguo edificio del antiguo mercado popular y el antiguo teatro Municipal que hoy en un solo cuerpo integran un centro cultural del Ministerio de Cultura. Sucederá con el antiguo colegio Teodoro y otras grandes casonas de propiedad pública y también privada.
Recuperar y conservar entonces no son suficientes. Es a innovación lo que da sentido a estas acciones si queremos que estos bienes pasen a ser productivos económica y socialmente. Junto a la famosa basílica de Cuenca en pleno Parque Calderón existe una edificación del monasterio que permanecía cerrada y poco conservada; hoy ha sido recuperada y mediante la innovación la han convertido en un sitio de atracción turística donde se expone arte, se venden artesanías y se han instalado lujosos sitios de comidas y bebidas; innovaron y pusieron en producción. Por nuestras tierras tenemos en la Fábrica Imbabura un bello ejemplo de recuperación e innovación; pero no innovaron un modelo de negocio adecuado, por lo tanto no es auto sostenible, como tampoco lo son: el Cuartel, la casa de la Ibarreñidad, el teatro Gran Colombia y otros bienes. Se demuestra también entonces que la innovación sin un concepto de auto sostenibilidad, tampoco funciona. Si no se considera esto, nos llenaremos de bellos edificios patrimoniales innovados….pero vacíos y en deterioro.
DIARIO LA HORA
17/10/2019