En vísperas de que el Consejo de Participación Ciudadana Transitorio los pasara por su tamiz, la Corte Constitucional derogó 12 de las 15 reformas a la Constitución hechas por el gobierno del expresidente Correa, gracias a su mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. Las reformas se votaron en bloque por el parlamento, sin debatirlas una por una, curiosamente con la anuencia de la Corte que ahora las echa abajo.
Mediante su decisión la Contraloría vuelve a tener las atribuciones que siempre tuvo en el control de los objetivos de las instituciones, la comunicación es parte de los derechos inalienables de los ciudadanos y no un servicio público, libera a los nuevos obreros públicos, y permite que no sea atribución solo del Estado planificar, construir y mantener la obra pública y su equipamiento.
Estos tres aspectos fueron una “patente de corso” para que Correa y los suyos hicieran y deshicieran lo que pareciera mejor para sus “agnados y cognados”. La corrupción se “abría cancha”, sin que nadie pudiera ponerle freno y menos echar luz sobre su origen, desenvolvimiento, actores y beneficiarios directos e indirectos. La Corte desamarra lo que supuestamente quedó “bien amarrado”, el 24 de mayo de 2017.
La decisión respondió a demandas de inconstitucionalidad de varias organizaciones. Soplan otros vientos y la Corte da señales de ir en su dirección. Para algunos analistas el asunto huele a oportunismo, pero lo cierto es que el correísmo y su máximo líder estarán sintiendo un fuerte temblor, con visos de terremoto, bajo sus pies. Qué vendrá a partir de ahora, es la pregunta que está por responderse.
La vida es una serie de decisiones ínfimas e inevitables”. Steven Galloway Escritor y profesor canadiense (1975)
En este mundo que habitamos, todo está sujeto a cambios continuos e inevitables”. Jean-Baptiste Lamarck Biólogo francés (1744-1829)