Puras (y costosas) entelequias

La idea fue crear un frente capaz de minar a la OEA y forjar un frente antiimperialista. Ahora los países que fundaron aparatosamente la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) se desentienden del proyecto original y la tienen en una real agonía. Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela no saben qué hacer con la organización y menos con el costoso edificio que Rafael Correa le construyó.

Chávez, Néstor Kirchner y Fidel Castro no figuran entre los vivos, Lula está en la cárcel y Correa tiene orden de prisión y Michelle Bachelet y Cristina Fernández no son presidentas. En abril pasado Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú dijeron que suspenderían su participación, pues no hay quien se encargue de encabezar la organización. El costoso edificio de la sede permanente en Quito es un mastodonte inactivo y que cobra la entrada a quienes quieren constatar que allí nada pasa.

El dinero para que la Unasur sirva para algo brilla por su ausencia. En 2017 el gobierno ecuatoriano aportó 404.149 dólares. Brasil debió dar 4,2 millones; Argentina, 1,79; Venezuela, con 1,26 y Colombia 1,20 millones, pero la caja está llena de telarañas. El viernes último, para colmo, el presidente Lenín Moreno se pronunció por instalar entre sus paredes y espacios abandonados una universidad indígena.

Un día antes se quejó ante la prensa extrajera, de la obsolescencia de Unasur y la Alba. Las utopías, para concretarse, necesitan fondos y sustentabilidad, algo de lo que carecen estas dos entelequias.


Así como el hierro se oxida por falta de uso, también la inactividad destruye el intelecto”. Leonardo Da Vinci Pintor, escultor e inventor italiano (1452-1519)

Actúa siempre con acierto. Esto tranquilizará a algunas personas y asombrará al resto”. Mark Twain Escritor y periodista estadounidense (1835-1910)