¿Patiño vs Moreno?

Patricio Valdivieso Espinosa

Mientras las grandes brechas económicas crecen a paso agigantado, un nuevo altercado político parece fraguarse, logrando en el fondo, entretener a la gente; claro, habrá que ver si la bronca es seria o si continúa la comedia. Si los actos circenses se prolongan: seguirán los insultos con etiqueta y meterán presos a los de baja ralea; si la bronca contra la corrupción es en serio y se busca edificar un nuevo país, debe iniciarse de manera urgente: los juicios contra las cabezas de la década saqueada; plantear cambios de fondo, no sólo de nombres; fortalecer la República y sus instituciones.

Ver ahora como oposición, a algunos oportunistas del correato, a los de las manos llenas, comandados por el reciente asesor presidencial, torna en sospechosa la disputa del poder. La bronca Patiño vs Moreno, suena cómica, ridícula y a ratos hasta torpe; es obvio que, si es simulada, armarán pequeñas escaramuzas, que, en el fondo, sólo buscan proteger los caudalosos capitales usurpados. En términos concretos: la franquicia delincuencial del falso socialismo del siglo XXI, está en peligro e intentan protegerla a como dé lugar.

Se sobreentiende que, como la reelección indefinida está desvirtuada, pues la decisión popular, virtualmente está tomada, ahora se busca que lidere Patiño, para reemplazarlo al del ático; siendo sólo una bola de ensayo, como cuando le prestaban las sabatinas a Glas, para ratificar su falta de liderazgo. Seguro, de no dar la talla, como pienso que va a ser, buscarán cualquier otro ensayo, pero al final, saben que su holocausto ha llegado. Que su fin, fue marcado por los abusos del poder; que la desidia con la que gobernaron fue trazada por falta de control moral; y, que la decencia los abandonó por la ambición desenfrenada con la que se apoderaron del Estado.

Como los tiempos se nos vienen bastante complicados, tendremos que: enfrentar muchos sacrificios cuesta arriba para recuperar la economía; rescatar la confianza, implementando más que simples actos simbólicos; y, restaurar la poca institucionalidad decente que nos dejaron, implementando cambios sustanciales. En fin: se debe desechar los frutos podridos; cortar de sepa las malas raíces; y, excluir las semillas oprobiosas rezagadas del correísmo. Para limpiar el campo y hacer una nueva siembra adecuada, en términos bíblicos, el presidente Moreno, está moralmente obligado a: separar la paja del trigo. Sólo cosechará, lo que siembre. (O)

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