Rebeca Díaz

Los trabajadores organizados de las empresas públicas constituyeron tradicionalmente una fuerza política, no solo al interior de las mismas, también como parte de las centrales sindicales tuvieron posibilidad de elevar una voz combativa frente a las políticas económicas y sociales.


El sindicalismo posibilitó la estabilidad y mejora de condiciones laborales, también abusó de su poder, cuando en sus contratos colectivos incluyeron cláusulas para heredar los cargos, desatendieron las necesidades grupales y de los usuarios de las empresas, convirtiéndose en organizaciones poco eficientes.


Así, prosperó hace más de una década la tesis privatizadora y la política de la modernización del Estado, dando lugar a la compra de renuncias y despido de personal capacitado de la empresa pública, generando desempleo. Mientras, en los últimos años, el regreso al enfoque del Estado como generador de empleo, descuida el papel de la empresa privada para equilibrar el mercado laboral.


Las organizaciones sindicales perdieron protagonismo social en Ecuador, además se fraccionan, cuando la legislación laboral limita los contratos colectivos y la posibilidad de asociarse cuando no son de la misma rama de actividad laboral o no hay un número determinado de trabajadores. Una legislación que alimenta la ilusión de los trabajadores de ser copartícipes en el desarrollo empresarial y no prospera, porque no tienen acceso a recursos para invertir, únicamente los necesarios para la subsistencia.


Varias organizaciones sindicales que en distintas partes del mundo llegaron al poder, abandonaron sus idearios de equidad y compromiso social; un ejemplo cercano son las denuncias de corrupción que desacreditan al Partido de los Trabajadores y atentan a la estabilidad política en Brasil.


En la conmemoración del Día del Trabajo, hacemos eco del pensamiento de Zonia Palán, quien en vida fue asesora sindical y lideresa de organizaciones sociales… “El sindicalismo debe responder a las necesidades de la clase trabajadora y evitar convertir la empresa en un espacio político e ineficiente.”