Mujeres

Jorge Oviedo Rueda

¡Mujeres, hay mujeres tan divinas, no queda otro camino que adorarlas!, dice una conocida canción. Refleja esa parte del hombre que espero jamás desaparezca, la atracción mutua de los sexos que el machismo ha convertido en brutalidad.

Al cabo del tiempo la lucha del feminismo ha entrado en una fase de claridad. La comprensión de ambos sexos de su igualdad y complementariedad, sin que esto quiera decir que se ha eliminado el machismo y el feminismo trasnochado que se trueca en machismo al revés. Yo percibo que en la actualidad, hombres, mujeres y todas las otras formas que tiene de manifestarse la sexualidad humana, marchan juntos, unos al lado de otros, en su afán de sacudir los esquemas mentales propios de la sociedad patriarcal.

Este 8 de marzo marcharon las mujeres a lo largo y ancho del planeta. Fueron marchas que demostraron la voluntad de cambiar esta triste realidad. La línea común de denunciar al capitalismo como continente del patriarcalismo machista es lo que más llamó la atención. Vivimos otros tiempos. La resistencia al sistema se va globalizando y tiene en el feminismo a una punta de lanza efectiva.

El feminazismo es una deformación calculada del feminismo que puede terminar banalizando la lucha de las mujeres. Feminazis se les dice a aquellas que actúan guiadas por el odio al sexo opuesto, a aquellas que pretenden blindarse de las miradas masculinas porque las consideran una agresión, sin comprender que por los ojos entra el amor. Hay una gran distancia entre aquellas mujeres que escriben “yo elijo como me visto y con quién me desvisto” y aquellas que pintan las paredes con consignas como esta: el feminismo es un movimiento contra los hombres (¿?). Si entendieran que no todos los hombres son violentos y opresores…

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