‘Macco’

Jaime VIntimilla

En mi última visita a la ciudad de Coca he tenido la suerte de conocer el Museo Arqueológico y Centro Cultural de Orellana, más conocido como ‘Macco’. Sin duda alguna, es un lugar recomendado que ha permitido que esta interesante ciudad pueda ganarse un puesto importante entre aquellas urbes que permiten no solamente la conservación de la historia sino que se ha convertido en un canal para el estudio y difusión de la cultura de la región amazónica del río Napo.

Macco además ha permitido continuar con los esfuerzos iniciados por el antiguo Centro de Investigaciones Culturales de la Amazonía Ecuatoriana, con una muestra arqueológica, de más de 350 piezas, que pertenece a la cultura Omagua o Fase Napo y que data de los años 1100-1480 d.C.

La importancia del museo estriba en el hecho que alberga una de las más vivas colecciones arqueológicas regionales del país. Este particular lo transforma en un sitio adecuado para el aprendizaje de la historia de la Amazonía, pues desmitifica la teoría imperante, o al menos recurrente, que los pobladores amazónicos fueron “salvajes”, cuando en realidad, se advierte que los omaguas tenían un acervo cultural y una espiritualidad muy desarrollada que se puede apreciar a lo largo y ancho de cada uno de las tres plantas del edificio.

Mención aparte tienen el director del museo que despliega un gran trabajo como los esfuerzos de dos investigadores de talento y compromiso como Miguel Ángel Cabodevilla y Milagros Aguirre. Me parece que el país siempre guardará gratitud con estas personas, pues gracias a su esfuerzo, nos permiten que los ciudadanos, neófitos, curiosos o letrados, podamos, siguiendo el ejemplo de los omaguas, navegar desde el pasado hasta el presente para comprender que sus rostros de luna se podrán apreciar en cada urna funeraria que se admire o en cada policromía que nos ilumine la visita.

Terminar la visita con un paseo por el malecón nos incita a regresar a Coca para además tomar una nao que nos conduzca por el Napo hasta el vientre de nuestra identidad. Espero que pronto, muchos de los lectores, puedan vivir esta experiencia única.

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