Lluvias y agenda electoral

Por : Sara Serrano Albuja

“Las nubes negras que oscurecen el cielo/desgarran sus entrañas/ desatan en trueno/y sueltan su hinchazón de lluvia/sobre la tierra/ lamiendo los flancos/barriendo el suelo de sus plantas/de sus casas, de sus nidos/el agua en fuga hacia el abismo/lleva árboles y rocas/ como potro sin rienda y sin jinete, enfurecido/que arrastra muros, ventanas y geranios.” Así describe el poeta Filoteo Samaniego a nuestros aguaceros.

Al igual que muchos territorios del Ecuador, el sector de Cochapamba, al noroccidente de Quito, está en alerta. Diario La Hora informó que allí aparecieron grandes huecos debido a las filtraciones de las lluvias y a la existencia de antiguos túneles. La vulnerabilidad de la población frente a los desastres naturales y el grave desempleo son males que tienen también que ver con las elecciones si se piensa en las agendas y demandas ciudadanas.

Los gigantescos recursos de este régimen jerarquizaron la propaganda por sobre la prevención. Los decretos de emergencia, en algunos casos, justificaron procedimientos viciados y corruptelas. Si la lógica discursiva fue la imagen seductora por sobre las acciones, el resultado es una comunidad sin los suficientes recursos o herramientas educativas e institucionales para enfrentar situaciones de crisis o de desastres naturales.

Los gobiernos locales deben retomar su gestión responsable sobre los territorios sobre la base de la consulta a la comunidad, los equilibrios y la impostergable sostenibilidad. En el libro ‘Voces para Quito’, que compila varios artículos, Rocío Bastidas, bióloga y activista ciudadana, sostiene que “Quito ha sufrido un crecimiento desordenado y sus suelos con vocación agrícola se han transformado en infraestructura de vivienda y otros servicios, debido a la falta de planificación urbana”.

El principio de la consulta previa para los territorios anunciado por Guillermo Lasso muestra un compromiso en la agenda gubernamental que deberá tener el seguimiento ciudadano. Los gobiernos local y central y los ciudadanos deben construir la agenda sostenible de sus territorios.

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