Jaime Vintimilla
Cuando se habla de la administración de justicia inmediatamente saltan a la vista la Corte Nacional, las cortes provinciales o los tribunales y juzgados, sin embargo, muchos ciudadanos omiten la justicia de paz que, en el orden constitucional, constituye un peldaño complementario de la justicia.
Un dato importante es el hecho que en el siglo XIX, ya la tuvimos, empero, esta justicia de paz reaparece gracias a la Constitución reformada de 1998, aunque recién en el año 2013 se inician los procesos de selección, hasta que actualmente existen prácticamente 380 personas que actúan como jueces de paz en casi todas las provincias.
Las funciones de estos jueces comunitarios se reducen a dos, ya que prestan servicios de conciliación en todo tipo de conflictos vecinales, comunitarios, individuales y ciertas contravenciones, aunque en caso extremo, cuando el acuerdo es esquivo, pueden también emitir resoluciones en equidad que se orientan a construir una justicia del caso concreto.
Resulta muy importante el número y tipo de casos que se manejan, pues demuestra que temas como linderos, deudas, reyertas, desarmonía, falta de cumplimiento de obligaciones comunitarias, entre otros, tienen la oportunidad de ventilarse dentro de la comunidad, sin necesidad de acudir a los jueces y tribunales ubicados generalmente en lugares alejados de sus domicilios.
Conforme la Constitución vigente y demás normas, los jueces de paz pueden atender casos de hasta cinco salarios mínimos vitales y permanecen en sus cargos cuatro años, no obstante, esta justicia de la proximidad necesita ser comprendida para que el acceso a la justicia no se concentre solamente en sus resoluciones, sino en el diálogo constructivo entre los ciudadanos.
Estos jueces avenidores son importantes para la construcción de una mínima armonía comunitaria, pues consolidan procesos de entendimiento del otro así como fortalecen una sociedad que considerará acudir a la justicia procesal únicamente en aquellos casos donde por su complejidad se deba buscar un experto. Estos jueces han mostrado que la justicia necesita de un compromiso de todos los ciudadanos para mejorar la calidad de vida, el acceso a justicia y la construcción de una coexistencia armónica.