Ibarra convergente y atormentada

Nos guste o no, la ciudad de Ibarra es el punto de convergencia y por lo tanto la ciudad que encabeza a la región norte del país. Contiene el grueso de la institucionalidad pública, los servicios financieros, la mayoría de entidades educativas, la mayor concentración poblacional y varios elementos que como estos le imprimen un movimiento respetable. De hecho, todos los caminos y sistemas de transporte de la región convergen en la ciudad blanca, específicamente en el terminal terrestre, en el mercado mayorista y en el mercado Amazonas; es una ciudad muy atractiva para llegar a vivir por su clima y varios factores, aunque los índices de empleo decente son relativamente bajos. Características buenas y retadoras que podrían ser perjudiciales, si todo esto no es correctamente aprovechado, orientado y/o administrado, compadeciéndose con la pobreza de la gente.

Ibarra, como producto de su crecimiento acumula una serie de debilidades y restricciones que hemos mencionado en otros artículos y que son reconocidas por todos. Mientras se mantengan las cosas como están y no se haga nada por solucionar los grandes problemas estructurales, estos se van agrandando como bolas de nieve y atormentan al ciudadano; en algún momento explotarían. Sin embargo, aun cuando las cosas están así, cada uno de ellos representa una oportunidad de arreglo; pero se necesitan muchos recursos, visión, voluntad política y capacidad de gestión para resolverlos. Además, son problemas para cuya solución tendrán que pasar varias administraciones municipales. Por ejemplo, la Junta de Rescate Patrimonial de Ibarra ha estimado que el rescate y la valoración del patrimonio edificado, demorará más de tres quinquenios siempre y cuando se consigan recursos públicos y de la cooperación internacional. Expertos en materia de desechos sólidos hablan de inversiones superiores a 20 millones de dólares como proyecto multi-cantonal. Un sistema logístico de mercados desconcentrados demandaría cantidades superiores a 10 millones. Y, así por el estilo.

Lo que antes se denominaban Planes Estratégicos de las ciudades, hoy se llama “Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial” (PDyOT) que supuestamente formaría parte del Plan Nacional de Desarrollo; debe ser formulado participativamente. Lo que no conste en el PDyOT, simplemente no podrá ser financiado por el gobierno central. En el caso de Ibarra, este instrumento de planificación debería marcar el proyecto de ciudad, y contener los programas y proyectos para lograr la ciudad que todos quisiéramos. Invito a que lo revisen y saquen sus propias conclusiones.