Golpe de Estado

Ha vuelto a preocupar lo que en la política ecuatoriana de hace algunos años no era de extrañarse, la caída de gobiernos por golpes de Estado. El Presidente de la República responsabilizó a Rafael Correa y Nicolás Maduro de ser los directos responsables de la intentona fallida. Tampoco faltaron acusaciones oficiales a mercenarios e infiltrados extranjeros, que militan en lo que denominan socialismo del siglo XXI.

Los sucesos que estremecieron recientemente a Ecuador dejaron serios daños, especialmente a la imagen nacional en el exterior; demuestran el grado de virulencia que flota en el ambiente y que debe ser neutralizado a tiempo, para que no prospere el acechante monstruo de la violencia y el caos.

Esos acontecimientos no dejaron dudas en cuanto a minuciosa planificación y abundante dinero de por medio. Mientras soportábamos las arremetidas de barbarie, hubo actores políticos que pidieron la salida de Carondelet del actual mandatario, lo que aclaró el trasfondo de las movilizaciones de taxistas e indígenas, algunos de cuyos líderes denunciaron infiltraciones de sujetos que querían pescar a río revuelto.

Se ha puntualizado que quien fue gobernante por una década y que reside actualmente en Bélgica, demuestra inocultable obsesión para retornar al poder en el que saboreó sus mieles hasta el hartazgo. En los aciagos días, hizo activa presencia mediática.

Se vuelve necesario investigar y sancionar a quienes estuvieron tras bastidores en los desmanes y a los que supuestamente se hallan en planes de sedición, porque de manera oficial se habla de insurgencia. Mientras tanto no faltan preguntas como estas: ¿Por qué incendiaron el edificio de la Contraloría y querían tomarse un estratégico cuartel del Ejército?

[email protected]

Ha vuelto a preocupar lo que en la política ecuatoriana de hace algunos años no era de extrañarse, la caída de gobiernos por golpes de Estado. El Presidente de la República responsabilizó a Rafael Correa y Nicolás Maduro de ser los directos responsables de la intentona fallida. Tampoco faltaron acusaciones oficiales a mercenarios e infiltrados extranjeros, que militan en lo que denominan socialismo del siglo XXI.

Los sucesos que estremecieron recientemente a Ecuador dejaron serios daños, especialmente a la imagen nacional en el exterior; demuestran el grado de virulencia que flota en el ambiente y que debe ser neutralizado a tiempo, para que no prospere el acechante monstruo de la violencia y el caos.

Esos acontecimientos no dejaron dudas en cuanto a minuciosa planificación y abundante dinero de por medio. Mientras soportábamos las arremetidas de barbarie, hubo actores políticos que pidieron la salida de Carondelet del actual mandatario, lo que aclaró el trasfondo de las movilizaciones de taxistas e indígenas, algunos de cuyos líderes denunciaron infiltraciones de sujetos que querían pescar a río revuelto.

Se ha puntualizado que quien fue gobernante por una década y que reside actualmente en Bélgica, demuestra inocultable obsesión para retornar al poder en el que saboreó sus mieles hasta el hartazgo. En los aciagos días, hizo activa presencia mediática.

Se vuelve necesario investigar y sancionar a quienes estuvieron tras bastidores en los desmanes y a los que supuestamente se hallan en planes de sedición, porque de manera oficial se habla de insurgencia. Mientras tanto no faltan preguntas como estas: ¿Por qué incendiaron el edificio de la Contraloría y querían tomarse un estratégico cuartel del Ejército?

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Ha vuelto a preocupar lo que en la política ecuatoriana de hace algunos años no era de extrañarse, la caída de gobiernos por golpes de Estado. El Presidente de la República responsabilizó a Rafael Correa y Nicolás Maduro de ser los directos responsables de la intentona fallida. Tampoco faltaron acusaciones oficiales a mercenarios e infiltrados extranjeros, que militan en lo que denominan socialismo del siglo XXI.

Los sucesos que estremecieron recientemente a Ecuador dejaron serios daños, especialmente a la imagen nacional en el exterior; demuestran el grado de virulencia que flota en el ambiente y que debe ser neutralizado a tiempo, para que no prospere el acechante monstruo de la violencia y el caos.

Esos acontecimientos no dejaron dudas en cuanto a minuciosa planificación y abundante dinero de por medio. Mientras soportábamos las arremetidas de barbarie, hubo actores políticos que pidieron la salida de Carondelet del actual mandatario, lo que aclaró el trasfondo de las movilizaciones de taxistas e indígenas, algunos de cuyos líderes denunciaron infiltraciones de sujetos que querían pescar a río revuelto.

Se ha puntualizado que quien fue gobernante por una década y que reside actualmente en Bélgica, demuestra inocultable obsesión para retornar al poder en el que saboreó sus mieles hasta el hartazgo. En los aciagos días, hizo activa presencia mediática.

Se vuelve necesario investigar y sancionar a quienes estuvieron tras bastidores en los desmanes y a los que supuestamente se hallan en planes de sedición, porque de manera oficial se habla de insurgencia. Mientras tanto no faltan preguntas como estas: ¿Por qué incendiaron el edificio de la Contraloría y querían tomarse un estratégico cuartel del Ejército?

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Ha vuelto a preocupar lo que en la política ecuatoriana de hace algunos años no era de extrañarse, la caída de gobiernos por golpes de Estado. El Presidente de la República responsabilizó a Rafael Correa y Nicolás Maduro de ser los directos responsables de la intentona fallida. Tampoco faltaron acusaciones oficiales a mercenarios e infiltrados extranjeros, que militan en lo que denominan socialismo del siglo XXI.

Los sucesos que estremecieron recientemente a Ecuador dejaron serios daños, especialmente a la imagen nacional en el exterior; demuestran el grado de virulencia que flota en el ambiente y que debe ser neutralizado a tiempo, para que no prospere el acechante monstruo de la violencia y el caos.

Esos acontecimientos no dejaron dudas en cuanto a minuciosa planificación y abundante dinero de por medio. Mientras soportábamos las arremetidas de barbarie, hubo actores políticos que pidieron la salida de Carondelet del actual mandatario, lo que aclaró el trasfondo de las movilizaciones de taxistas e indígenas, algunos de cuyos líderes denunciaron infiltraciones de sujetos que querían pescar a río revuelto.

Se ha puntualizado que quien fue gobernante por una década y que reside actualmente en Bélgica, demuestra inocultable obsesión para retornar al poder en el que saboreó sus mieles hasta el hartazgo. En los aciagos días, hizo activa presencia mediática.

Se vuelve necesario investigar y sancionar a quienes estuvieron tras bastidores en los desmanes y a los que supuestamente se hallan en planes de sedición, porque de manera oficial se habla de insurgencia. Mientras tanto no faltan preguntas como estas: ¿Por qué incendiaron el edificio de la Contraloría y querían tomarse un estratégico cuartel del Ejército?

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