FIDELIS LOXA LIBERIS

Álvaro Peña Flores

Saludemos el nombre bendito de la Patria en cantar soberano; gloria a Loja; procure el lojano al impulso filial del amor. Hoy, los lojanos nos sentimos honrados y felices por celebrar la Independencia bicentenaria de nuestra libérrima tierra.

Poesía, música, letras y elegías han sido elaboradas en honor a este insigne territorio del sur ecuatoriano que nos enorgullece pertenecer a él.

Cuna de brillantes literatos, artistas y músicos de verdadera vocación y hasta Presidentes de la República, le han dado por antonomasia el adjetivo de la ciudad culta del Ecuador. Desde sus orígenes se ha caracterizado por ser pionera en muchos aspectos, siendo una de las ciudades más antiguas del Ecuador y primera en usar energía eléctrica, se ha catapultado como precursora de la era de la modernidad. Desde entonces, la industrialización y la modernización han sido cuidadas con sigilo que han permitido a Loja no perder su encanto.

Loja como ejemplo de desarrollo económico, se las ha arreglado para ser exitosa en el ámbito social, cultural, ambiental y financiero; inteligentemente no ha destruido su herencia ni recursos; el desafío permanente de su naturaleza agreste y dura ha forjado un tipo de hombre abierto a la solidaridad, a la creatividad cultural y a la lucha solidaria por la supervivencia y el progreso. Por su propia idiosincrasia el lojano es respetuoso, leal y cumplidor de sus deberes, alegre en sus expansiones y expresiones, devoto de nuestra Señora de El Cisne y celoso del respeto a su persona y a su tierra nativa.

200 años después, siguen vigentes las letras de su bello himno, “Somos hijos de Loja y debemos procurarle continuo adelanto; que no cese el cantar sacrosanto del trabajo, que es vida y honor” Loja, libre y fiel.

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