Entronicemos la decencia

Pocas veces en la historia política contemporánea de Ecuador se ha tenido una semana tan tensa y cargada de incertidumbre como la anterior. El caso del vicepresidente Jorge Glas se tiende a complicar más, pese a sus intervenciones públicas a favor de su inocencia. A su alrededor se constata una compleja trama que cada día se va develando y no siempre a su favor.

Al respecto es significativo el llamamiento del presidente Lenín Moreno a la juventud desde Guayaquil, donde se ha atrincherado Glas en la sede de Alianza PAIS. Les pidió hacer una política sana, alejados de las mañoserías y las conductas mafiosas de los últimos años. “La política no es mala, la han hecho mala, la han porquerizado”, dijo Moreno.

Cabe entender que las reacciones que se han visto y oído, y las convocatorias a la unidad por un lado de los aliancistas, las reservas de otros y la disconformidad del núcleo duro de los correístas, no permiten suponer que ese partido político pueda preservarse como tal en un corto plazo. La amenaza de escisión fue formulada también en esos días desde Bélgica.

En este escenario están quienes votaron por esa organización y los que no lo hicieron en espera de que se concrete una política que permita a todos avanzar en el enfrentamiento y solución duradera de los graves problemas económicos, culturales y sociales que agobian a nuestra sociedad. Hay que apartar a las mafias y a los mañosos de la política, si es que aspiramos a que la decencia ocupe el lugar que le pertenece.

«Nunca será tarde para buscar un mundo mejor y más nuevo, si en el empeño ponemos coraje y
esperanza”.

Alfred Tennyson
Poeta inglés (1809-1892)

«Mi querida más fiel fue la esperanza que me suele engañar y no me deja”.

Ramón de Campoamor
Poeta español (1817-1901)