“¿Dónde está América Latina? ¡En las calles luchando por el clima!”. Esta y otras consignas pincelaban la multitudinaria marcha en Quito. En cartón reciclable se leía: “Si el clima puede cambiar, nosotros también”, “Salva el Planeta”, “La Tierra es la única que me ama sin nada a cambio”, “El dinero no salvará la extinción masiva”. Comprometidos con nuestra Casa Común y con una sana algarabía, los gritos, tambores y cornetas respondieron al llamado inteligente por la ¡Emergencia climática Ya! Grito abanderado hoy por Greta Thunberg y todas las criaturas.
En un cartel de religiosas franciscanas escrito estaba: “Bendito seas, mi Señor, por la hermana Madre Tierra que produce frutos, flores y hierbas que nos sostienen y nos llenan”. Los estudiantes de la PUCE y la FADA, los jóvenes de los colegios San Gabriel y Marie-Clarac, Irfeyal, y varios niños pequeñitos lucían creativas pancartas y sonrisas de vida. Tamborileros ambientalistas, voces amazónicas e internacionalistas comprometidos por un nuevo presente respondiendo a la alerta mundial por la crisis climática: “Não existe riqueza em un planeta morto” rezaba en portugués un cartelón. “Not cool”, en inglés, con el dibujo de un oso polar y su reducido.
La ambientalista Fridays For Future Ecuador, Rebelión o Extinción Ecuador, Jocotoco y varias organizaciones promovieron este llamado y signo de los tiempos y se convocó en varias ciudades del Ecuador y de todo el Planeta. “Nuestra participación como ciudadanos, debería involucrar esfuerzos por superar la indolencia, la indiferencia e inoperatividad, típicas manifestaciones dadas en ciertas actitudes burocráticas…”, dice en su libro Agua de Vida, Jorge Azanza Baca. Esta marcha fue también su cartel y gratitud: “Gracias a la Pachamama comemos, si la destruimos nos extinguiremos”.
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