El juicio de la Historia

Los miembros del Consejo de la Judicatura desde la semana pasada se saben cesantes. Los que han estado por más de diez años en el carro del empleo público y no han logrado hacerse de algún negocio paralelo al cargo, ingresarán en la gran masa de desempleados, que el régimen del que formaron parte militantemente supo incrementar con mucha eficacia.

En los medios de comunicación han aparecido con máscaras de víctimas, cuando en su momento de mayor plenitud eran victimarios contumaces. No es que el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social Transitorio se haya ensañado en sus miembros y en su Presidente, sino que hasta en la Asamblea Nacional quieren enjuiciarlos.

Tampoco se trata de si hay o no un documento de la Contraloría General del Estado de por medio. Es que desde hace mucho tiempo hay hechos que vienen hablando a gritos de irregularidades en concursos y nombramientos que huelen a nepotismo. La “metedura de mano en la Justicia” tal como se hizo y se consagró siempre estuvo bajo sospecha.

En un Estado populista de talante totalitario, aunque pregonara tener mentes lúcidas y manos limpias, pronto todo se degrada en lo moral y se contamina de corrupción. En el Consejo de la Judicatura hay mucha ‘tela por donde cortar’ al respecto, lo sabe su jefe, lo saben sus vocales. Lo sabemos todos.

Pero, como dicen los pensadores marxistas que aún quedan, nada ni nadie puede escapar al implacable juicio de la Historia. Tal vez con el tiempo, y Dios no lo quiera, hasta los fiscales y jueces que prohijaron se envalentonen, esgriman pruebas ahora ocultas, y les sigan alguna causa judicial.

«Lo que con mucho Ntrabajo se adquiere, más se ama”.

Aristóteles
Filósofo griego (384 AC-322 AC)

«Obró mucho el que nada dejó para mañana”.

Baltasar Gracián
Escritor español (1601-1658)