Educar con el ejemplo

Quizá hemos de coincidir, a la sociedad ecuatoriana la vemos en plena descomposición. No sólo por las malas costumbres y hábitos cotidianos, si por la proliferación de: desorden, desobediencia, ilegalidad, atracos, irrespeto y hasta reprochables sarcasmos de caricaturescos ciudadanos que nos afectan personal y colectivamente.

Resumen de hechos insólitos: corrupción en pleno dolor humano, delincuencia comprobada y liberada al instante, fuga de avezados malhechores de cuello blanco, alquiler e inscripción fraudulenta de partidos políticos, uso de cédulas y títulos falsos, jueces sobornados para liberación de maleantes fichados, candidatos con grillete, violentos insultadores que piden traductor para declarar judicialmente.

Por todo eso, hay la sensación de que no hemos cumplido, globalmente, como padres, maestros y sociedad, anulando el acierto de Einstein: “Dar ejemplo, no es la principal manera de influir sobre los demás. Es la única”.

Entonces, hemos y estamos fallando, unos más que otros y no pensamos en que niños, jóvenes y adultos, no nos escuchan pero si nos observan, que no están pendientes de lo que decimos, sino de lo que hacemos.

Hay que buscar la solución, con coraje y sin recelos, tal cual como dice Fernando Savater, con una revolución pacífica, la educación, único antídoto contra la fatalidad que nos rodea.

A las puertas de una decisión electoral, es imperativo prevenir el avance de esa enfermedad personal y social, la corrupción, escogiendo a quien haya “educado con el ejemplo”. La lucha no está perdida, dicen que los jóvenes saben que: ese delito es histórico y estructural, hay un declive ético y aunque tolerantes son una gran reserva moral.

Analizar lo que digan los candidatos sobre la educación, escoger a personas que no eludan responsabilidades como en estos 14 años, sean creativos y comiencen dando, por ejemplo, una efectividad pedagógica al contenido de la placa, recientemente colocada.

No olvidemos: “Si la sociedad no educa, no hay educación”; y, “eduquemos con el ejemplo”.

Fabián Cueva Jiménez