Confinamiento

El aislamiento y el silencio serían condiciones “ideales” para la creación; pero hay pasiones como la escritura y la lectura que no pueden darle la espalda a un mundo que está estremecido por el avance pandémico del Covid-19: intelectuales, pensadores, filósofos, han dedicado sus criterios y pensar sobre el confinamiento y el desenlace que cambiará definitivamente la historia de la humanidad.

En pleno cambio de época los vaticinios apocalípticos han ampliado terriblemente la brecha condicionando, como lo han afirmado voceros y analistas económicos de la ONU, de que luego de esto la diferencia de los humanos será irreconocible; se han manifestado que el fin del capitalismo ha empezado, pero esa reflexión filosófica ha sido contraria por un título que trasluce una mirada abiertamente “occidentalista” y que insinúa un origen para la pandemia que aún no está comprobada, repitiendo acríticamente el relato divulgado por la prensa corporativa privada y algunos gobiernos occidentales.

Solo en el primer mundo la taza de mortalidad por contagio es alarmante, nos hemos confinado en habitar nuestros espacios y enclaustrarnos a superar una cuarentena donde su pico más alto de contagio y consecuencia severa está a la orden del día; lo otro tiene que ver con las actitudes de ciertos ciudadanos en asumir responsabilidades para superar la crisis, toda la estructura de la sociedad marcará hábitos desde la era digital y la acción convencional o conservadora de convivencia humana.

El teletrabajo, los paradigmas de control, la autodefinición de rutinas en el confinamiento, y la respuesta a soluciones y acciones de los líderes sociales que también son vulnerables ante la pandemia; los cambios y depresiones del mercado y la economía como lo conocemos ahora tienen otras dinámicas, donde los más pobres y desamparados tienen que resistir el mayor peso de esta ecuación desesperante.