Con racionalidad y pragmatismo

En no pocos de nuestros conciudadanos se sostiene la tesis de que, en el campo de la economía y la política, el gobierno debería empezar de cero, romper de manera radical y tajante con todo lo que ha heredado de la llamada “década ganada”. Como si al hacer tabla rasa, los problemas desaparecieran. La idea es recurrente, pero mal haríamos como pueblo si no aprovecháramos las experiencias de un período tan controvertido de la historia contemporánea.

Los aciertos y los desaciertos forman parte de nuestra cultura política y no hay por qué echarlos por la borda. En muchos sectores reina un gran pesimismo y un diagnóstico tremendista y decadente sobre nuestro presente y nuestro futuro como sociedad. No solo la maltrecha economía motiva estas actitudes, sino también la visibilidad que se tienen hoy sobre la delincuencia en todas sus manifestaciones, desde el abuso sexual a escolares hasta asesinatos atroces, pasando por los escándalos de corrupción entre la “clase de cuello blanco”.

Todo parece abrumador y sin salida, todo abona el desencanto. Sin embargo, una reforma gradual, basada en la experiencia adquirida, aun en el correísmo, es la vía más aconsejable. La mejor brújula siempre será la racionalidad y el pragmatismo, el reformismo y la modernización. Por catastrófica que sea la realidad que nos abruma, siempre habrá instituciones o políticas que se deben no solo preservar, sino profundizar y hacer avanzar.

Los sentimientos y las emociones no deben (no tienen cabida) en la conducción de un Estado cualquiera que sea, incluido el ecuatoriano.

FRASES

La virtud misma no puede librarse de los golpes de la calumnia”. William Shakespeare Escritor británico (1564-1616)

Cuanto menos creíble parece una calumnia, más perdura en la mente de los necios”. Casimir Delavigne Poeta y dramaturgo francés (1793-1843)