Con los procesos contra los casos de corrupción en los negocios con Odebrecht y Petroecuador, por solo citar dos casos bien notorios, Ecuador ha comenzado a abrir los ojos frente al monstruo que ha creado dando su confianza y sus votos a un demagogo que pudo haber llevado al país a la ruina y al totalitarismo.
¿Qué llevó a muchos de nuestros conciudadanos a votar tantas veces en los últimos años a favor del correísmo? ¿Qué hizo que se mirara en otra dirección cuando se reprimía a sus adversarios?
Nos movió el afán de erradicar la corrupción política que desgastaba a la democracia, la incapacidad de generaciones de políticos de las más diversas tendencias ideológicas para reducir la pobreza y eliminar las inicuas desigualdades sociales que agobian a nuestra sociedad e impiden su pleno desarrollo.
Ese fracaso histórico llevó a cierta clase política a optar por una alternativa mesiánica y cuasi dictatorial. Los índices de desconfianza y el rechazo abrieron la puerta la vuelta de las peores prácticas autoritarias del pasado.
Se quiso enterrar al ‘febrecorderismo’, por ejemplo, y se le resucitó con mayor peligrosidad, porque se le disfrazó de ‘revolución ciudadana’ gracias a los ríos de dólares que trajo una fugaz bonanza petrolera. La máscara cayó y se fue develando su verdadero rostro y origen.
¿Será la política de cambio preconizada por el presidente Moreno y sus colaboradores la panacea que nos resolverá todo el conjunto de graves problemas heredados? A las políticas solo las avala la realidad y la construcción consciente de ella.
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La falta de generosidad al vencer disminuye el mérito y los frutos de la victoria”. Giuseppe Mazzini Político italiano (1805-1872)La liberalidad es la primera hija del amor y la piedra imán más atractiva para los hierros de la voluntad”. Lope de Vega Poeta y dramaturgo español (1562-1635)