La gloria y el infierno

Cuando se realizaba el proceso electoral del 2006, me llegó por correo una historia interesante. Un elector se muere y llega al cielo. San Pedro lo recibe y le pregunta dónde querría quedarse: en la gloria o en el infierno.

El elector se pone a dudar. Entonces San Pedro le ofrece que para que pueda escoger pasará una noche en la gloria y otra en el infierno.

El elector acepta. Pasa la primera noche en la gloria, donde lo tratan más o menos. La siguiente va al infierno y allí lo reciben extraordinariamente. Le hicieron fiestas, le ofrecieron mujeres espectaculares, tragos y los mejores manjares. Es decir, pasó una noche de las mil maravillas.

Tras esta experiencia el elector vuelve donde San Pedro y éste le repite la misma pregunta: ¿la gloria o el infierno? El elector dice, sin dudar: el infierno.

San Pedro lo envía al infierno. Pero el elector se encuentra entonces con un ambiente terrible: maltratos, torturas, castigos, insultos, menosprecios…

Este ambiente le asusta y lo alarma. Casi aterrorizado pregunta: ¿qué pasó? ¿Ayer estuve aquí y el ambiente era diferente? Entonces el diablo le contesta: “Ayer estábamos en campaña”.

La historia que corresponde a la ficción, describe perfectamente lo que hemos vivido los ecuatorianos en 28 años de democracia. En elecciones nos han ofrecido todo para ganarnos el voto.

Los presidentes y las autoridades que han ganado el poder en las urnas, han hecho miles y miles de ofertas. Tanto, que han hecho que el elector se imagine al país convertido en el paraíso. Sin embargo, después no pueden cumplir las ofertas y los gobiernos se han derrumbado como castillos de naipes.
Cuidado, en Ecuador todavía seguimos en elecciones…

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